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Espectro Taurino: Figura mítica y muy mexicana

Sábado, 18 Oct 2014    México, D.F.    Jorge Raúl Nacif | Opinión   
El espacio de todos los sábados
Ayer se cumplió el 125 aniversario de la alternativa de una figura mítica en la historia del toreo mexicano, como lo es sin duda Ponciano Díaz, referente y pieza clave en el desarrollo de nuestra tauromaquia y, además, un personaje de la cultura popular en nuestra tierra.

El 17 de octubre de 1889, Ponciano recibió la alternativa en la plaza de Madrid. El cartel era de bandera, pues llevó como padrino al célebre Salvador Sánchez "Frascuelo", mientras que el testigo fue, ni más de menos, que Rafael Guerra "Guerrita", ante toros del Duque de Veragua.

Precisamente en ese año de 1889 es cuando Ponciano Díaz hace el viaje a Europa y logra actuar en varias tardes, tanto en España como en Portugal.

Torero charro e ícono de lo que lo mexicano representa, Ponciano nació en la hacienda de Atenco el 19 de noviembre de 1856, y desde la infancia aprendió las labores camperas, además de estar muy cerca del toro bravo, con lo que fue germinando su afición taurina.

De acuerdo con varios registros consultados, su primera actuación formal tuvo lugar el 1 de enero de 1877, en Santiago Tianguistengo. Ingresó como parte de las cuadrillas de Lino Zamora y José Hernández, y poco tiempo después conoció al gran Bernardo Gaviño y se integró a su cuadrilla, donde el aprendizaje adquirido fue esencial.

Con el paso de los años, comenzó a actuar en muchos sitios de nuestro país y a lo largo de su trayectoria sumó una gran cantidad fechas, construyendo así su leyenda. Así lo publicó el historiador taurino José Francisco Coello Ugalde, en su blog Aportaciones Histórico-Taurinas Mexicanas:

"Entre México y otros países sumó durante su etapa de vigencia y permanencia 713 actuaciones registradas y comprobadas luego de exhaustivas revisiones hemerográficas, y a otras fuentes de consulta aunque esa cifra es muy probable que aumente como resultado de que muchos periódicos de la época o desaparecieron o simplemente no dejaron testimonio de su paso por lugares diversos de la provincia mexicana".

En 1888, un año antes de recibir la alternativa en Madrid, el llamado "torero con bigotes" inauguró su plaza, la de Bucareli, en la Ciudad de México, matando en solitario ejemplares de varias ganaderías. Ya era, por supuesto, ícono e ídolo de multitudes, un torero de gran fama y popularidad.

En este sentido, existe una gran cantidad de versos, poemas y escritos, generados desde la cultura popular, parar reconocer, honrar y admirar a este personaje que efectivamente dejó una huella profunda y fue pieza destacada para el desarrollo de la fiesta mexicana.

Y es que no solamente fue torero, sino también un importante promotor de la tauromaquia y empresario. Su última tarde de la que se tiene registro fue en 1897, y su muerte tuvo lugar el 15 de abril de 1899, cuando rebasaba apenas la cuarta década de vida.

Desde este espacio, nuestro recuerdo y admiración al gran Ponciano Díaz. torero que también continuamente ejecutaba suertes a caballo, eslabón trascendente en la historia de nuestra tauromaquia y fiel representante de la esencia mexicana.


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