La temporada taurina española vive sus tramos definitivos, quedan apenas tres escalas en el largo periplo por decenas de ciudades enclavadas a lo largo y lo ancho de la piel de toro; a saber, el otoño madrileño que ya se cumplió, restando aún la corrida de la Hispanidad prevista para este sábado día 12 de octubre; la Feria de Zaragoza y el aldabonazo final en Jaén. Recorrido al que nos hemos sumado para compartir el trayecto epilogal de la campaña.
El penúltimo capítulo del anuario se escribe en tierras aragonesas en donde se programaron ocho corridas de toros con la participación de los espadas más importantes del escalafón, la reconocida Feria de El Pilar se desarrolla a la par de un serial de festejos populares que se cumple en horario matutino en el mismo coso de La Misericordia.
Zaragoza vive un ambiente de fiesta, en especial en esta su semana mayor, pues hace 400 años, un 10 de octubre el Ayuntamiento de la ciudad decidió que el día 12 fuera la fiesta oficial, al tiempo que aprobó incorporarse a las tradicionales ceremonias religiosas en honor de Nuestra Señora del Pilar; el documento histórico de 1613 precisa además que la efeméride “deber ser celebrada con la mayor solemnidad posible de acuerdo a como venía realizándose desde la antigüedad”. La Catedral de la Virgen del Pilar recibe tal nombre pues en ella se guardaba el pilar en el que la Virgen se apareció a Santiago, de allí en adelante mediaron decisiones municipales y bulas papales para exaltar a la imagen y destacar la fecha.
A lo largo de los siglos XVIII y XIX la fiesta religiosa fue añadiendo elementos civiles y diversas actividades populares y culturales, entre ellas las corridas de toros.
La Plaza de Toros fue construida en 1764 por la Casa de la Misericordia, con el propósito de llevar a cabo funciones taurinas de carácter benéfico; en pocos meses el coso cumplirá 250 años de funcionamiento convirtiéndolo en uno de los más antiguos de España, equivalente a las plazas de Ronda y Aranjuez.
A lo largo de su historia la Plaza de Toros de La Misericordia de Zaragoza fue sometida a varios trabajos de reforma y modernización hasta convertirla en el cómodo escenario que es ahora cuya capacidad original fue reducida a 9 mil espectadores, se le dotó además de una funcional cubierta que impide que el fuerte viento que durante todo el día sopla en toda la zona, no incida en el desarrollo de la lidia. El caso es que la capital de Aragón se encuentra en la rivera del río Ebro, suerte de canal natural de ingreso de fuertes e incómodas corrientes de aire.
Con el paso de los años el ciclo taurino de octubre fue adquiriendo la importancia propia de una plaza de primera categoría, tanto por la presencia de los mejores toreros, cuanto más por la cuidadosa selección de las reses que se lidian, toros de impecable presentación, reclamados por una afición dura y exigente a la hora de valorar lo que sucede en el ruedo.
En materia taurina, la ciudad y su plaza registran hechos trascendentes, cabe señalar que aquí nacieron toreros de la importancia de Nicanor Villalta, Fermín Murillo y Raúl Gracia "El Tato", entre los más destacados. En el ruedo del coso de Pignatelli, como también se lo conoce en memoria de su arquitecto original Ramón Pignatelli, han caído gravemente heridos varias figuras del toreo, entre los más recientes José Ortega Cano, Jesulín de Ubrique y Juan José Padilla corneado de extrema gravedad hace dos años, la tarde del 7 de octubre de 2011. En esta misma arena, hace exactamente 10 años se retiró del toreo activo el gran José Miguel Arroyo "Joselito".
Así las cosas, la arena de La Misericordia y su sobresaliente Feria del Pilar, para los toreros representan el fin de la dura temporada en una última parada cargada de responsabilidad, historia y tradición.