Liber taurus: Los precursores
Viernes, 20 Jul 2012
Quito, Ecuador
Santiago Aguilar | Opinión
La columna de este viernes
A la hora de documentar los esfuerzos de los toreros ecuatorianos que trataron de construir su carrera profesional en España, la investigación nos remite a Max Espinosa espada quiteño que se anunciaba en los carteles como "Marinero" durante las primeras décadas del siglo pasado, los datos reseñan sus actuaciones en la plaza de toros Belmonte, formando parte de las cuadrillas de destacados lidiadores.
Tomó la alternativa en el mismo escenario en septiembre de 1920 de manos de, nada más y nada menos que Manuel Mejías "Bienvenida", con quien viajó a Europa para torear en un interesante número de festejos. El hecho más sobresaliente de su trayectoria fue un nuevo doctorado otorgado en 1925 por Ignacio Sánchez Mejías.
Un par de años más tarde, regresó a Quito para presentarse con gran suceso en la misma plaza Belmonte, y también en la en aquel entonces se llamaba "nueva" Plaza Arenas, ambas enclavadas en el Centro Histórico de Quito. A Max Espinosa entonces le corresponde el mérito de ser el primer torero ecuatoriano que cruzó el Atlántico para prolongar su sueño taurino en la península ibérica.
A mediados del siglo XX, los aficionados se alborotaron con la presencia de un nuevo torero local, Edgar Puente "El Chulla Quiteño" que cumplió brillantes campañas de novillero en México al punto que obtuvo por dos ocasiones la prestigiosa medalla "Guadalupana" premio mayor a los triunfos taurinos.
Con esos antecedentes, Puente se conviertió en matador de toros en Plaza México el 21 de diciembre de 1947, su trayectoria adquiere mayor importancia al convertirse en el primer matador de toros ecuatoriano que confirmó la alternativa en Madrid. El hecho tuvo lugar el 27 de mayo de 1948, de este torero se anota también su aporte a la tauromaquia al ejecutar en los ruedos un pase de muleta inédito conocido como "la ecuatoriana".
En forma paralela surgió un joven novillero que pronto llamó la atención por su carisma y ejecutorias, Manolo Cadena Torres se presentó en Quito 1953 y prácticamente de inmediato viajó a España para hacerse torero, cumpliendo notables temporadas en ruedos españoles durante un lustr,o hasta ubicarse en 1958 en el grupo de los diez novilleros punteros de ese país.
Manolo optó por una primera alternativa en Quito en 1959, y un segundo doctorado en España, que tuvo lugar en 1961, con Juan Bienvenida como padrino. De ahí en adelante, Cadena se consagró a la promoción de la fiesta de los toros en el Ecuador y dotó a Quito de una gran feria, a propósito del funcionamiento de la Monumental Quito inaugurada en marzo de 1960.
Cadena Torres junto a Fernando Traversari "El Pando" agitaron el ambiente taurino quiteño a finales de los cincuenta en una reñida competencia, recordemos que El Pando también cumplió meritorias campañas en ruedos españoles, referidas con detalle en este espacio hace pocas semanas como homenaje a su reciente desaparición.
El caso es que Max Espinosa, Edgar Puente, Manolo Cadena Torres y Fernando Traversari, con justicia deben ser considerados como los precursores de la torería ecuatoriana en ruedos extranjeros. Cabe citar con caracteres sobresalientes a Armando Conde, cuyas campañas de novillero asombraron al mundo al alternar con las mayores figuras de la época, aunque después, ya como matador de toros, su carrera fue perdiendo fuerza de manera paulatina.
El ejemplo de estos visionarios del toreo ecuatoriano permitió que nuevas generaciones de matadores se hayan aventurado a luchar por la gloria en lejanas arenas.
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