Liber taurus: Samper cree en los milagros
Viernes, 13 Jul 2012
Quito, Ecuador
Santiago Aguilar | Opinión
La columna de este viernes
Hace siete días comentábamos de lo complejo que ha resultado para los toreros ecuatorianos el lograr credibilidad y respeto por parte de los empresarios internacionales, para que sus nombres sean considerados a la hora de conformar los carteles de las ferias más importantes de Europa y América.
Decíamos que la participación de los coletas criollos se ha limitado a festejos aislados de relativa importancia y mínimas posibilidades de triunfo, dadas las combinaciones de toros y toreros en las que debieron participar.
La fórmula más aplicada, en esta muy difícil profesión, fundamenta todo el futuro de un espada en un eventual triunfo en la plaza de toros de Madrid. En esa lógica, uno a uno nuestros toreros, procuran presentarse en la que es considerada la primera plaza del mundo. La mayoría de ellos lo ha conseguido, tanto en su etapa de novilleros como en la de matadores de toros. Sin embargo, el resultado final de aquellas actuaciones en la arena de Las Ventas, en forma invariable ha sido modesto o deslucido, y así las cosas, la anhelada proyección simplemente se frustró.
Los magros resultados ecuatorianos en la capital de España se produjeron de manera inevitable, pues, los coletas tricolores comparecieron en esa exigente plaza, carentes de la formación y el rodaje indispensables para resolver de mejor manera las exigencias de encierros no aptos para el lucimiento de los toreros que, además, debieron lidiarlos en fechas distantes a las más importantes del calendario taurino madrileño.
El tema entonces podría entenderse como un error estratégico en el planteamiento de la carrera de los compatriotas, al convertir a Madrid en una suerte de moneda al aire decisiva para el porvenir; en su descargo debemos reflexionar sobre la vigencia de un sistema taurino transnacional, injusto y excluyente, que privilegia la presencia en las ferias de los toreros que forman parte de los grandes conglomerados empresariales o los que, por sus ejecutorias son reclamados por los aficionados.
En el mundo taurino existen centenares de matadores de toros de diversas nacionalidades que luchan por llamar la atención de los gobernantes del aparato taurino para obtener la ansiada oportunidad; desde esa realidad la consecución de un espacio es complicada y desde allí la obtención de aquel triunfo soñado que impulse a un torero, resulta casi un milagro.
Sí, los milagros existen; se repite una y otra vez el matador de toros ecuatoriano Álvaro Samper quien en los últimos dos años ha logrado una importante progresión en su carrera, presente en destacadas actuaciones en ruedos locales. Quito, Ambato y Riobamba atestiguaron su claridad de ideas y su renovada aptitud expresiva.
Samper entonces, ha buscado reinventarse como matador de toros para desde su convicción y madurez, tratar de enfrentar al sistema y buscarle la vuelta a su futuro profesional entendiendo que, según afirma, "el primer paso para lograr ser figura es cruzar las fronteras, vestirse de torero y, si es necesario, dejar la vida delante de los toros". Su objetivo en este año es confirmar la alternativa en Madrid, sueño y albur para los que se prepara día y noche.
Álvaro Samper no le teme a los inciertos callejones del laberinto taurino, ya no duda de su valor y capacidad técnica y, lo que es más importante, él sí cree en los milagros.
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