Sergio Flores logró un triunfazo esta tarde de su alternativa, pues le cortó las dos orejas al toro del doctorado tras una gran faena, mientras que fue ovacionado en su segundo y compartió la salida en hombros con El Juli, que paseó un total de tres trofeos.
 
Se le notaba el nerviosismo natural tras aparecer por cuadrillas para hacer el paseíllo, en una tarde de gran compromiso por los alternantes, por ser el primer mexicano que recibe el doctorado en esta plaza, y lo que representaba dicha tarde en su carrera; afortunadamente la saldó con un triunfo lo que con seguridad le abrirá muchas puertas.
 
Tuvieron que pasar 48 años para que un tlaxcalteca recibiera la borla de matador en Europa, por lo que nos sentimos favorecidos al poder presenciarlo sobre todo por que ha valido la pena. Sergio se vio asentado con el capote cargando la suerte en las verónicas al musculoso jabonero de la ceremonia; El Juli por su parte gustó en los mandiles del quite, dándole Sergio respuesta con unas chicuelinas ajustadas que le aplaudieron.
 
La gran ovación subrayó la ceremonia mientras del tendido un ¡Viva México! nos erizó la piel, vino el brindis agradecido del tlaxcalteca para la cuadrilla y su apoderado; ya en los medios aguantó por alto las fuertes embestidas del toro, sopló algo el viento afectando el temple y fue desarmado, no obstante de inmediato retomó el ritmo con ayudados de buen trazo. Cambió de mano brotando naturales de calidad luego una dosantina que se prolongó enormemente con ovación de gala.
 
Al torear por bernadinas fue prendido en la segunda, levantándose maltrecho pero encastado para agregar dos otras y rematar de estoconazo arriba, dobló pronto el toro concediéndole la autoridad dos orejas que paseó sonriente después de recoger y besar una bandera mexicana que llevó durante la vuelta.
 
El sexto tuvo complicaciones de modo que no hubo mucho con el capote, sin embargo ahí estuvo el torero durante la faena, insistiendo aunque el animal se revolvía en corto y le puso los pitones en el pecho, agregó en su afán ayudados mejorando la nota y arrancando nuevas palmas de los bayoneses; un pinchazo antes de acertar con la espada no le privaron del reconocimiento, siendo llamado a recibir la fuerte ovación.
 
De arrogante presencia y ovacionado al salir fue el primero de El Juli, pronto se empezó a escupir y dar una lidia difícil poniendo en aprietos a los banderilleros; Julián tapándole la cara lo llevó bien metido imponiéndose con aguante y mando, haciéndolo seguir el círculo rojo que trazaba la muleta; siendo un toro alto el tranquillo del diestro para matar le rindió frutos, pues la estocada aunque trasera resultó efectiva para ser premiado con la oreja.
 
Muy bien jugó los brazos recibiendo al cuarto y bajó la mano en las chicuelinas, con presteza acudió el de Joselito a la muleta manteniendo esa condición en subsecuentes series, en las que obedeció los cites del madrileño que terminó con manoletinas; vendió mucho la estocada y con media ración de acero dobló el burel del que le entregaron las dos orejas, quizá la segunda concedida con cierta benevolencia.
 
Lo menos propicio correspondió a Miguel Ángel Perera, trató de enseñar la senda al tercero que tomó el engaño por ambos lados, no hubo gran limpieza pero sí entrega al ponerse cerca, lamentablemente pinchó en demasía y todo se redujo a ovación.
 
El quinto fue pitado en el arrastre, antes Perera se esforzó desde un péndulo inmóvil al que siguió otro trasteo esforzado que bajó de intensidad junto con las condiciones de la res que empezó a frenarse; después de pinchazo dejó estocada caída para otra fuerte ovación.