Tauromaquia: Los Adame no aflojan el paso
Lunes, 15 Ago 2016
Puebla, Pue.
Horacio Reiba | Opinión
La columna de este lunes en La Jornada de Oriente
Durante la semana triunfaron en España –ambos a hombros en la feria de Gijón– el matador hidrocálido Joselito Adame y el novillero Luis David, hermano menor del anterior. No era la primera vez ni será la última. Para no ir más lejos, este domingo 21 el más joven de ellos parte plaza en Bilbao, inaugurando las Corridas Generales que cada año engalanan en agosto el calendario taurino español: lidiará utreros de José Cruz alternando con Leandro Marcos y Pablo Aguado; y para el día siguiente, Joselito está acartelado con Juan José Padilla y Juan del Álamo con un encierro de El Puerto de San Lorenzo.
La disparidad salta a la vista: mientras Luis David, mal que bien, está recibiendo un trato bastante digno –ganado a pulso, aunque no toree tanto como el tercer espada de su venidera tarde bilbaína–, su hermano José, por designio de quienes urden carteles y manejan la Fiesta a su arbitrio, continúa alejado de la posibilidad de confrontarse con las ases.
Águila enjaulada
Se me ocurrió el símil hace pocos meses, aludiendo a lo que viene ocurriendo con Joselito Adame, triunfador reiterado en cuanta plaza pisa, dueño de un valor inteligente y contenido y de una tauromaquia realmente magistral, y confinado sin embargo en carteles segundones. "Territorio Adame", fue el encabezado de una publicación española en alusión a Gijón, donde su hermano menor había cortado cuatro orejas el miércoles 10 y él siguió su ejemplo abriendo a su vez la puerta grande al día siguiente, luego de desorejar a los dos de su lote de La Quinta, ganadería santacolomeña que se distingue por la picante raza de sus astados. Esa tarde acompañaron a Joselito, Manuel Jesús "El Cid" y Fernando Robleño, que no consiguieron hacerle sombra. Y el sábado último integró, en San Sebastián, una terna de sumo interés con Diego Urdiales y Paco Ureña. Dos excelentes artistas que, sin embargo, no alcanzan cotización de figuras.
Engaño y desengaño en Illumbe
La plaza de San Sebastián abría sus puertas luego de una vigilia de dos años, decretada por la convenenciera taurofobia del ayuntamiento local. Y lo hizo con un lleno absoluto y una muy interesante corrida de Fuente Ymbro. Luego de que Urdiales, a golpe de sosegado clasicismo, desorejara al abreplaza, y Ureña evidenciara, con un toro sin chispa, la sobria pureza de su estilo, apareció "Turulata", un castaño albardao que sería el toro de la tarde. A su muerte, el juez cedió de mala gana a la unánime petición de oreja, tras faena larga y entregada de Joselito Adame, coronada con una entera a un tiempo. "Turulata" fue el clásico toro de público… y ganadero. Y no dudo que la crítica que ha preferido tildar al mexicano de torero "fácil", "profesional", "inteligente", "variado" y "responsable" para no arriesgarse a llamarlo maestro, discuta ahora mismo si estuvo o no a la altura del hermoso rebarbo de Fuente Ymbro.
Yo creo que lo estuvo, aun descontado el error de dejarlo crudo –lo pasó sin castigo en varas: es de los que apuestan por el toro entero– y no darle más distancia, muleta en mano, al ímpetu extraordinario de un animal que, pese a su fijeza, humillación y bravura, resultaba molesto de tan codicioso y repetidor. Creo que debemos seguir peleando porque salga ese tipo de toro, pero sin dejar de valorar a quienes le hagan frente con tanta verdad como Joselito, que tragó paquete sin dejar nunca de cargar ampliamente la suerte y torear dentro de la embestida, es verdad que sin acoplamiento total al principio, sobre la diestra, para luego, atemperando ya a fuerza de mando el brío del castaño, correrle la zurda en tandas largas, de mando y despaciosidad impecables, que remataba con el afarolado ligado al de pecho izquierdista, pasándose ceñido y entero al encastado animal. La estocada la hizo efectiva de certero descabello. Y la oreja cayó, mal que le pese al juez.
Por si alguna duda existiera, José se fajó nuevamente con el áspero cierraplaza –incierto y probón, intocable por el pitón derecho– cruzándose a pecho descubierto con la muleta en la zurda, para extraerle uno a uno naturales que no merecía el geniudo animal. Y lo hizo toreando para sí, a sabiendas de que el lucimiento convencional era imposible.
Esta semana, antes de la prueba de fuego de Bilbao, Joselito estará en la goyesca de Málaga, el miércoles 17, con Urdiales, Miguel Ángel Perera, Jiménez Fortes y ocho toros de Torrealta.
El novillero del año
La denominación no es mía sino del crítico hispano más autorizado y conocedor (en realidad, considera a Luis David Adame "el hallazgo más estimulante en mucho tiempo"). Y el fundamento hay que encontrarlo en la impresionante campaña del hermano de Joselito que, ojo con el detalle, cortó por lo menos una oreja en absolutamente todos los festejos (14) que en 2016 lleva toreados. Apéndices que fueron tres en la plaza francesa de Garlin (abril 10); dos en Villaseca de la Sagra (abril 25); otros tantos en Torrejón de Ardoz (junio 21); tres más en Pamplona (julio 5); un par de ellas en la plaza francesa de Orthez (julio 24), y las cuatro de Gijón este miércoles 10, lo que significa media docena de puertas grandes durante el año.
Y si uno se da el tiempo necesario para ojear en Youtube cada faena de Luis David, llega a la conclusión de que ningún apéndice ni ningún triunfo fue gratuito, y que se trata de un torero de los pies a la cabeza, que utiliza su innato sentido del temple y su asombroso dominio de los terrenos para dar las mayores ventajas a los astados, no para tomárselas él ni ceder al "facilismo" demagógico de quienes torean para la galería.
Añada usted la fresca variedad de quites que integran su repertorio capotero, sin detrimento de la verónica clásica y siempre con el máximo ajuste; entre ellos incluyó últimamente su estilizada versión de la cordobina (de Jesús Córdoba) y la ranchera (de Jorge Aguilar), cumplidas a cabalidad en la novillada de Santander (julio 27); y anuncia para muy pronto el quite de oro de Pepe Ortiz, mismo autor del galleo por tapatías bordado por Luis David con "Grabador" de El Montecillo, el novillo de su presentación y Madrid (mayo 16), y a la postre el único que pudo despachar en un San Isidro para el cual figuraba en dos carteles: a dicho “Grabador” le tumbó la oreja pese a llevar una cornada que le perforó la pantorrilla de parte a parte, lección de pundonor mitigada por el despacioso temple de su muleta y la serenidad con que se sobrepuso al dolor de la herida.
Luis David Adame, tras cumplir el duro compromiso de Bilbao y algunos más por cosos menores, está más que preparado para una alternativa de lujo, anunciada para el 18 de septiembre, en Nimes, con toros de Núñez del Cuvillo, Alejandro Talavante por padrino y de testigo López Simón. La tomará con poco menos de 18 años, pues nació en Aguascalientes el 6 de octubre de 1998.
José Tomás y El Juli con ganado débil
Los cuatro llenos absolutos de San Sebastián los motivó la presencia de José Tomás en la segunda de feria. Y José Tomás, con el lote más flojo de Garcigrande, a nadie defraudó. A su primero, un marmolillo, fincó la improbable faena en un hieratismo absoluto, que luego no refrendó su estoque. Y se arrimó todavía más al quinto –al grado de sufrir fea voltereta– luego de un buen agarrón en quites con El Juli –gaoneras y lopecinas, respectivamente–; admirable quietud en los ayudados por alto y enorme lentitud y aguante en los deletreados naturales. El pinchazo le arrebató la segunda oreja, pero no el fervor multitudinario.
Pero ahí andaba también El Juli, mano a mano con el de Galapagar. Y con el sustituto del inválido tercero dio un repaso completo a su todopoderosa tauromaquia. Es decir, que le hizo al de Garcigrande todo lo que quiso y un poco más, sobrado de mando y no exento de variedad. El estoconazo le valió las dos orejas, antes de topar con un cierraplaza sin fuerza ni deseos de embestir.
Testigo de excepción fue Pablo Hermoso de Mendoza, pero sus detalles y sus hermosas cabalgaduras esta vez no alcanzaron para el triunfo, relegándolo al papel de convidado de piedra.
Gimoteo poncista
A todo esto, Enrique Ponce decidió subirse al tren de José Tomás, pero eligió para hacerlo el vagón de las lamentaciones, al recurrir a los medios para denunciar que el de Galapagar le quitó la fecha del 9 de septiembre en Valladolid, y además lo vetó del cartel de seis matadores a beneficio de los deudos de Víctor Barrio del día 4, en la misma plaza vallisotelana, aduciendo que, cuando él se ofreció a torear por tan noble causa, el tal cartel ya estaba hecho y rematado.
Hay que tener muy poca memoria o demasiada fe en la candidez de la gente. Para maniobras abyectas, las históricamente urdidas contra José Tomás por Ponce y sus "socios" en la Plaza México Alemán-Herrerías a lo largo de las últimas décadas. Sin olvidar que el campeón de los vetos y las imposiciones, en Europa y en América, ha sido desde finales del siglo anterior precisamente el maestro de Chiva. Si la dignidad y la moralidad de la Fiesta estuviese en manos de tipos como Ponce y corifeos, apaga y vámonos.
Noticias Relacionadas
Comparte la noticia