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Espectro Taurino: Hambre de ser

Sábado, 13 Ago 2016    Ciudad de México    Jorge Raúl Nacif | Opinión   
El espacio de cada sábado
Es un acierto de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia el realizar por tercera edición el certamen “Descubriendo un torero”, y sobre todo el hecho de ajustar el formato con unas series eliminatorias muy bien definidas, cual mundial de futbol.

También es positivo reducir el número de participantes y que sean solamente 24, pues en años anteriores tomaron parte algunos novilleros sin mayores cualidades y algunos más que eran, con todo respeto dicho, "cartuchos quemados" del escalafón menor mexicano.

De esta manera, el comité organizador tuvo a bien llevar a cabo un proceso de selección para descartar a buena parte de los 72 currículos recibidos, de tal forma que únicamente se quedaron los chavales que son considerados con mayores cualidades de acuerdo con su trayectoria.

Por el sentido que posee un certamen de esta naturaleza, así como los objetivos de los mismos, creemos que efectivamente deben participar novilleros con reales condiciones, pues de lo contrario se convertiría en un “bazar de ilusiones” que no le hace bien a nadie.

Ahora bien, los novilleros seleccionados tienen la completa obligación de salir al ruedo a darlo todo y, cada quien con sus armas, dar su mayor esfuerzo. Decía el inolvidable Valente Arellano que a un novillero se le puede perdonar todo… menos que no demuestre hambre de ser.

En las primeras dos ediciones del certamen no fueron pocos los participantes que se mostraron apáticos y dejaron pasar la oportunidad de una manera lamentable, algo de lo que seguramente se percataron los organizadores y por ello también reajustaron la selección.

Daba un poco de coraje, si cabe la expresión, ver a algunos novilleros llegar a las plazas con poses de “figurines” e incluso tratar con desdén a los miembros de las cuadrillas, mareándose en un ladrillo sin haber demostrado absolutamente nada.

Con tan pocos festejos novilleriles que hay en nuestro país, y en este año todavía menos que en los anteriores, los muchachos no pueden brindarse el lujo de no aprovechar sus oportunidades y el esfuerzo que representa dar novilladas, pues en un amplio número suelen ser deficitarias.

Finalmente el ofrecer festejos menores representa contribuir a las “fuerzas básicas” de nuestra Fiesta, pues en estos caminos comienzan a germinarse los que, en determinado momento, irán ocupando las plazas y las posiciones del toreo mexicano. En este sentido, bien también por la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia.

El mayor desde es que el certamen sea todo un éxito y de verdad salgan muchachos con cualidades como para pensar en llegar a peldaños importantes, así como novillos bien presentados y que sean una materia prima que les exija. 


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