Espectro Taurino: Soñador de gloria
El espacio de cada sábado
Llamó la atención la inclusión de Miguel Cepeda "El Breco" en los carteles de la venidera Feria del Caballo, en Texcoco, donde actuará el domingo 6 de marzo en mano a mano con Rodolfo Rodríguez "El Pana" y se cortará la coleta luego de 35 años de alternativa.
No conocemos a ciencia cierta el estado físico y taurino de El Breco, que lleva un buen tiempo sin enfundarse el vestido de luces. Es verdad que con toda franqueza parece no estar preparado para un compromiso así, pero también es cierto que nadie puede arrebatarle a este soñador de gloria la ilusión de volver a torear y despedirse formalmente.
Por ello nos pareció acertada la oportunidad que la nueva empresa texcocana aceptó brindarle a este veterano torero de la legua que cuenta con 66 años de edad, pues nació en la Ciudad de México el ya lejano 14 de febrero de 1950, y en mano a mano con otro romántico como El Pana.
De hecho, Miguel ya había sido anunciado para despedirse precisamente en Texcoco -localidad donde radica- durante la Feria del Caballo 2010. No obstante, sufrió una cornada mientras lidiada un toro a puerta cerrada, a manera de preparación para esta fecha, y ya no pudo actuar en la corrida.
Contando un poco sobre la trayectoria de este hombre, que le resulta desconocida a la nueva generación de aficionados, debemos apuntar que tomó la alternativa precisamente en Texcoco, Estado de México, el 7 de marzo de 1981, luego de una etapa de lucha constante como novillero.
El cartel de aquel día fue interesante, pues El Breco llevó como padrino a Jesús Solórzano y como testigo fungió el matador portugués Mario Coelho, delante de un toro llamado "No que no", de Progreso San Mateo.
Fueron más de diez años de Miguel Cepeda en el escalafón novilleril, periodo en el que recorrió la legua como auténtico maletilla, soñando con aquellas glorias que nunca llegaron a representarse en una figura del toreo. Su debut novilleril en La México fue el 4 de octubre de 1970.
Su vida como matador de toros ha sido irregular ciertamente, como periodos extensos de no torear. Gran parte de su carrera se ha desarrollado en las plazas de ciudades pequeñas o pueblos, pero este romántico ha sabido vivir en torero todos y cada uno de sus días.
El Breco ha vivido por y para el toro, con aciertos y errores que son parte inherente en la existencia de los seres humanos. Buen charlista y cosido su cuerpo con 28 cornadas, ha sido graduado en la gran universidad de la vida.
No podemos negar que, como aficionados y comunicadores, nos da curiosidad ver a Miguel partir plaza en Texcoco y observar con cuidado aquellos detalles que podría regalar, dado que, en efecto, tiene un misterio para expresar. Ojalá se encuentre llevando una preparación adecuada para llegar en condiciones de solventar el compromiso y todo se desarrolle por el buen camino.
No conocemos a ciencia cierta el estado físico y taurino de El Breco, que lleva un buen tiempo sin enfundarse el vestido de luces. Es verdad que con toda franqueza parece no estar preparado para un compromiso así, pero también es cierto que nadie puede arrebatarle a este soñador de gloria la ilusión de volver a torear y despedirse formalmente.
Por ello nos pareció acertada la oportunidad que la nueva empresa texcocana aceptó brindarle a este veterano torero de la legua que cuenta con 66 años de edad, pues nació en la Ciudad de México el ya lejano 14 de febrero de 1950, y en mano a mano con otro romántico como El Pana.
De hecho, Miguel ya había sido anunciado para despedirse precisamente en Texcoco -localidad donde radica- durante la Feria del Caballo 2010. No obstante, sufrió una cornada mientras lidiada un toro a puerta cerrada, a manera de preparación para esta fecha, y ya no pudo actuar en la corrida.
Contando un poco sobre la trayectoria de este hombre, que le resulta desconocida a la nueva generación de aficionados, debemos apuntar que tomó la alternativa precisamente en Texcoco, Estado de México, el 7 de marzo de 1981, luego de una etapa de lucha constante como novillero.
El cartel de aquel día fue interesante, pues El Breco llevó como padrino a Jesús Solórzano y como testigo fungió el matador portugués Mario Coelho, delante de un toro llamado "No que no", de Progreso San Mateo.
Fueron más de diez años de Miguel Cepeda en el escalafón novilleril, periodo en el que recorrió la legua como auténtico maletilla, soñando con aquellas glorias que nunca llegaron a representarse en una figura del toreo. Su debut novilleril en La México fue el 4 de octubre de 1970.
Su vida como matador de toros ha sido irregular ciertamente, como periodos extensos de no torear. Gran parte de su carrera se ha desarrollado en las plazas de ciudades pequeñas o pueblos, pero este romántico ha sabido vivir en torero todos y cada uno de sus días.
El Breco ha vivido por y para el toro, con aciertos y errores que son parte inherente en la existencia de los seres humanos. Buen charlista y cosido su cuerpo con 28 cornadas, ha sido graduado en la gran universidad de la vida.
No podemos negar que, como aficionados y comunicadores, nos da curiosidad ver a Miguel partir plaza en Texcoco y observar con cuidado aquellos detalles que podría regalar, dado que, en efecto, tiene un misterio para expresar. Ojalá se encuentre llevando una preparación adecuada para llegar en condiciones de solventar el compromiso y todo se desarrolle por el buen camino.