En este reportaje, realizado en el rancho San Francisco, localizado en el municipio de Jilotepec, Estado de México, Fernando comenta los detalles de su iniciación como ganadero, y el afecto que siempre sintió hacia la divisa de San Miguel de Mimiahuapam, donde aprendió a torear y se hizo amigo de los toreros que acudían a las tientas en la vieja finca tlaxcalteca.

Asimismo, nos muestra algunos de sus empadres y nos habla de su concepto genético, en el que la fidelidad al llamado "toro mexicano", procedente del encaste San Mateo-Llaguno y sus mejores hijas, ha sido la constante en una ganadería eminentemente "torerista", gracias al gusto que él ha tenido por criar un toro con clase por encima de cualquier otra consideración.