El interés de la corrida se centró en los primeros toros, después, fue un total aburrimiento de astados descastados y sin contenido, e incluso complicados que dieron al traste con la buena intención de una corrida histórica en esta plaza.
Abrió plaza Leonardo Benítez, que reaparecía y se vio motivado y con afición. Lanceó a la verónica con temple, banderilleó a un toro que acudió pronto pero que en la muleta, aunque tuvo fijeza y nobleza, careció de clase pues acometió con la cara alta. Le pegó buenos ayudados que transmitieron al tendido, no así por el izquierdo, que se defendió. Culminó su trasteo con manoletinas, y, merced de la estocada, cortó una oreja que paseó con gusto. Hubo palmas en el arrastre a la res.
Uriel Moreno "El Zapata" saludó con un par de largas de rodillas a un toro espectacular de pinta, al que le pegó chicuelinas en los medios y lo llevó al caballo, donde apenas cumplió. Lo banderilleó marrando en un par, y que al colocar el tercero, casi lo trinca en un cambio en tablas. Lo toreó bien, le tomó la distancia y trazó ayudados importantes por el pitón derecho, acometiendo la res con la cara a media altura o echando la cara al final del muletazo en otros pasajes.
Por el izquierdo el animal no terminaba la embestida y hubo algún pase estimable. Terminó con un toreo de efecto: trapazos por alto de rodillas, luego alguna petición de indulto de la que hizo caso omiso, señalando un par de pinchazos y una estocada apenas caída, que le valió una salida al tercio con fuerza, y ovación en el arrastre al animal.
Pedro Gutiérrez "El Capea" lanceó bien a un toro que de salida fue avanto y tronó un par de tablas de la barrera. Le pegaron fuerte en varas por lo que llegó mermado en la muleta. Al torero le faltó estructura a su trasteo, si bien fue a un toro casi moribundo. Le recetó una estocada casi atravesada que lo caló. No obstante, le concedieron una oreja.
El torero de la tierra, Pablo Samperio, salió decidido en los primeros tercios: recibió a un astado astifino con un par de velas en la cabeza, que fueron dos faroles en los medios, luego chicuelinas de pie, atropellándose por la violencia de la embestida del astado, en los remates. Acometió de largo y entregado al caballo en el primer puyazo la res, provocando un tumbo; pero después se lo pensó y se complicó una barbaridad ya en banderillas.
Si bien a Pablo le faltó quedarse más quieto y aguantar al astado, es cierto que el toro tuvo guasa, sentido y tiraba derrotes violentos que en uno de ellos lo enganchó y le pegó un puntazo hondo del que damos cuenta más adelante. Pasó fatigas para despacharlo, hasta escuchar un aviso y pitos de sus paisanos, retirándose por su pie a la enfermería.
El quinto fue un toro así de serio, de cornamenta y edad, al que saludó el español Oscar Sanz con un farol en los medios, para luego lidiarlo por lo muy avanto y que se pensó siempre las embestidas. Fue flojo al caballo, y con la muleta, el diestro le extrajo las dos únicas tandas que tuvo potables por el pitón derecho, con calidad y gusto, porque por el izquierdo, la res se orientaba y protestaba. No anduvo certero con el acero, y escuchó un aviso.
El quinto toro correspondió a Octavio García "El Payo" que toreó bien a la verónica. El toro de Venadero fue manso al caballo y con la muleta lo lidió, y aunque no se entregó; logró extraerle pases de calidad y estimables que la gente le reconoció. Al astado le faltó temple y cadencia, pero el torero le dibujó pases, por momentos, largos. La estocada fue la clave para que al final cortara un trofeo.
Cerró plaza el debutante Oliver Godoy, que ante un astado con poca plaza, de El Vergel, lo lanceó bien, siendo que el animal echaba las manos por delante. Poco se empleó en varas y con la muleta desarrolló sentido, siendo el trasteo más breve de la tarde. El tapatío falló con el acero hasta escuchar dos avisos.