A continuación les presentamos los distintos comentarios de los cronistas taurinos de varios diarios españoles acerca de la actuación de ayer de Diego Silveti en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, donde debutó como novillero.
ABC: "El discípulo orteguiano" (Andrés Amorós)
"Se presentaba un novillero de legendaria dinastía, Diego Silveti, hijo del Rey David y bisnieto del Tigre de Guanajuato. Menuda joyita le tocó para su estreno en Madrid. Suelto y huido durante la lidia, puso pezuñas en polvorosa en cada pase, con arreones de manso. Hasta que mediada la faena imposible, le propinó un feo volteretón. Menos mal que de lo malo que era ni hizo por el chaval mexicano, que le hurtó algún muletazo en el que se atisbó su enjundia torera. Como toda la camada de valientes mexicanos que han pasado por Las Ventas, Silveti demostró su arrojo en las gaoneras al cuarto. La firmeza se erigió aún más en los estatuarios y en las bernadinas con la muleta ondeando cual bandera. Con el acero pasó penurias y a punto estuvo de oír los tres avisos".
El Mundo: "Los tres chavales dieron la cara" (Vicente Zabala de la Serna)
Diego Silveti se presentaba en Madrid como cuarta generación de su dinastía: los Silveti. Del viejo Tigre al Tigrillo pasando por el Rey David (su padre) y su tío Alejandro. De algo le viene la casta al galgo. Eso pudo demostrar: raza y valor. Genio y mansedumbre derrochaba el novillo de El Ventorrillo en sus arreones, rematado y redondo. Por el derecho se metía con sentido; embestía con todo. Fuerza arrolladora. Silveti se puso sin probarlo en los medios. Y allí fue como un trueno. Al tercer viaje se llevó la muleta puesta y no al torero de milagro. La izquierda lo perseguió. El utrero toro se volvía al revés. Al hilo de las tablas. Otra vez la diestra, consciente Silveti de lo que se jugaba. El volteretón no tardó en llegar. Afortunadamente lo empaló solamente. Resolvió con la espada. Le faltó al novillo un puyazo como Dios manda.
"Al altón cuarto le sacó Silveti un quite por gaoneras. Se apretó Barrio por chicuelinas. Brindó al público Diego. Principió por estatuarios y un cambiado muy del tío Alejandro. Pero el toro se frenaba por la izquierda y aunque iba con mayor recorrido por el derecho carecía de finales y de ritmo. Debió empezar al revés, de todas formas. Finalizó por bernadinas en un arreón terrorífico. Rajado acabó el manso. Lo pasó mal Diego Silveti con el descabello".
La Razón: "Va por el maestro" (Patricia Navarro)
"Había muchas ganas de ver a Diego Silveti. La cuarta generación de mexicanos de su estirpe torera. Le hizo pasar apuros el primero, manso y con peligro, y por tanto querer justificarse, se llevó un volteretón. La faena al cuarto la comenzó por estatuarios. Quería Silveti, no rompía el novillo, desigual en el viaje y sin fijeza ninguna. Una vez medio iba, a la otra quedaba corto, salía brusco en la siguiente... Hasta que se rajó. La faena contuvo poco lucimiento, mucho valor y demasiado tiempo, tanto que sonaron los dos avisos".
El País: "En recuerdo de Ortega" (Antonio Lorca)
"Mala suerte tuvo con su lote el mexicano Silveti, muy entregado toda la tarde; se estrelló con el peligroso y acobardado primero, al que persiguió por todo el ruedo, y poco pudo hacer ante el rajado y huidizo cuarto. Bueno, podía no haber sido tan pesado, lo que estuvo a punto de costarle que se lo echaran al corral. Dejó clara su voluntad y se justificó con el capote".