Israel Téllez fue el máximo triunfador de la corrida que se realizó esta noche en El Coliseo Centenario de Torreón, donde cortó tres orejas y salió a hombros al finalizar un festejo en el que El Chihuahua cortó una oreja, con fuerte petición de otra que no fue concedida, mientras que Pablo Hermoso de Mendoza malogró con el rejón de muerte dos faenas extraordinarias.

La plaza registró un lleno a reventar para ver este festejo donde hubo pasajes de mucho interés, y abrió boca el torero de Uriangato con su reciedumbre y variedad, delante de un excelente toro de La Concepción, al que hizo fiestas con capote, banderillas y muleta.

Téllez demostró que atraviesa por un magnífico momento y que está mentalizado a cruzar el charo en breve para actuar en Arles, Sevilla y Madrid. Así que con esta actitud toreó muy bien al toro jalisciense entre la algarabía de un público que estuvo muy receptivo con todo lo que hizo.

La faena mantuvo el interés por su larga duración y los pases de todas marcas ligados en un palmo, y como mató de una fulminante estocad le entregaron dos orejas que paseó con su característica sonrisa en una vuelta al ruedo que fue muy aclamada.

Su faena al quinto también fue muy emotiva ante un ejemplar que tenía un par de pitones muy astifinos, y a base de quedadrse quieto le robó pases de mérito. Otra vez estuvo certero a la hora de matar y la gente, que ya estaba completamente entregada, solicitó un apéndice que fue concedido.

El Chihuahua no se quiso quedar atrás y salió a rivalizar con su compañero de cartel. En el primer toro de su lote se vio obligado a sacar la casta y le plantó cara con valentía a un ejemplar que fue complicado y le exigió firmeza en los procedimientos. Realizo una faena breve y de aliño antes de dar muerte al toro al segunto intento.

Con el sexto ofreció un atractivo espectáculo con el capote y en banderillas, tercio del que se ha convertido en un especialista que clava en cualquier terreno y ejecuta pares con mucha espectacularidad. Con la muleta relizó una faena variada que incluyó pases de distinta calidad, en medio de la alegría del público con el que conectó fácilmente. Mató de media estocada en buen sitio y lo premiaron con un apéndice.

Pablo Hermoso estuvo muy errático co el rejón de muerte y eso le impidió cosechar trofeos. Sin embargo, hizo las delicias del público durante la lidia de sus dos toros en los que lució montando a varios caballos de su bien domada cuadra.

En el toro que más lució fue el cuarto, un bello castaño de Cuco Peña al que toreó con un temple inusitado y una cadencia que fue pasmosa. Lamentablemente, esta noche no estuvo acertado a la hora de matar y tuvo que conformarse con una sonora ovación.