"Guadalupano" ya se encuentra muy recuperado
Martes, 22 Feb 2011
San Juan del Río, Qro.
Jorge Raúl Nacif | Enviado
Y en poco tiempo lo pondrán a padrear con una puntita de vacas
El toro "Guadalupano", indultado por Sebastián Castella el pasado 12 de diciembre en la Plaza México, ya ha sido prácticamente dado de alta y disfruta de la vida en su ganadería de Teófilo Gómez, en San Juan del Río, Querétaro.
Con una mirada de nobleza impresionante, el único ejemplar que ha sido indultado en la presente Temporada Grande, número 635 y con 500 kilos, se ha recuperado con enorme tranquilidad, aunque las cosas no fueron del todo sencillas para que esto sucediera.
"El toro está muy bien y se ha recuperado de manera favorable. La curación que se le realizó en la plaza no fue sencilla, pues la herida del puyazo fue muy profunda, a pesar de que se dijo que casi no se le picó. Aquí en la ganadería se le han hecho también sus curaciones periódicas y todo va por buen camino", comentó el ganadero, José Roberto Gómez.
"Guadalupano" tuvo cualidades importantes, como la nobleza, el recorrido, clase y duración, motivos por los cuales el ganadero considera que sí merecía el indulto.
"Bueno, un ejemplar que embiste más de cien veces a la muleta no puede ser más que bravo, muy bravo diría yo, aunque se diga que le faltó bravura. Así que yo creo que sí merecía el indulto, tuvo cualidades muy trascendentes que, a mi como criador, me encantaron", dijó.
A pesar de que el toro no es puro, José Roberto Gómez ha decidido ponerlo a padrear, aunque con pocas vacas, pues no siempre se indulta un toro en la Plaza México y con estas cualidades que, a él en lo particular, le agradaron profundamente.
"Aquí en la ganadería tenemos la idea de solamente padrear lo puro, y éste toro no lo es. Sin embargo, hemos decidido ponerlo con una punta pequeña de vacas, sobre todo por el sentimiento que nos provoca un indulto en la plaza más importante de México y la calidad que manifestó en el ruedo", explicó.
Una gran alegría generó en toda la familia el indulto de este "Guadalupano", pues cada toro que se lidia es producto de horas y horas de trabajo por parte del ganadero y sus trabajadores, de tal forma que los resultados positivos generan gran satisfacción.
"Ver volver a un toro a la ganadería, luego de ser indultado, es lo máximo como ganadero, lo máximo. La emoción es muy intensa. Incluso, la noche del 12 de diciembre, o mejor dicho, la madrugada del 13, pues llegamos ya tarde aquí a la casa, no pude dormir por la felicidad que inundaba mi corazón", sentenció el ganadero.
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