Con el corte de sendas orejas, David Adame y Ángel Giovanni "Platerito", fueron los triunfadores del entretenido festival de Escuelas Taurinas celebrado en la antigua plaza El Centenario de San Pedro Tlaquepaque, en uno más de los eventos de la LVXXVIII Asamblea Nacional de Ganaderos.

Y sin haber cortado apéndices, porque estuvo errático con el descabello, Mariano Sescosse fue otro de los alumnos destacados que participaron en una tarde con sabor, no sólo por el escenario donde se desarrolló, sino porque la gran mayoría de los asistentes eran los mismos ganaderos, familiares e invitados, sinodales muy significativos para los jóvenes aspirantes.

Los dos becerros más destacados los echaron las ganaderías de Arellano Hermanos y Boquilla del Carmen, que abrieron y cerraron plaza, respectivamente, y fue a estos ejemplares a los que se les hicieron las faenas más rematadas del festejo.

La actuación que ofrecieron los alumnos de la Escuela de las Artes y El Toreo, encabezados por David Adame, el hermano menor de Joselito, fue muy grato, pues hicieron quites al alimón, banderilleron con alegría y entusiasmaron a la concurrencia.

David Adame, que debería hacerse llamar en los carteles "David Montoya", y de esta manera honrar el apellido de su señora madre, pues en la actualidad abundan los Adame en el toreo mexicano, estuvo muy centrado y se gustó en diversos pasajes.

En cuanto le dejó la muleta puesta en la cara al de Arellano Hermanos, corrió la mano a placer, con buen aire y entrega, que se mantuvo a la par que el becerro embestía con transmisión. Remató su faena de media estocada arriba, y cortó la primera oreja de la tarde.

Mariano Sescosse se ha espigado y trata de hacer bien las cosas, lo que fue más notorio cuando templó con aseamiento las nobles embestidas del becerro de su tío Manuel, de Boquilla del Carmen, lidiado en quinto lugar. La gente le coreó los olés más fuertes de la tarde, entre tequila y tequila -¡estamos en Jalisco, señores- hasta que se dio a fallar reiteradamente con el descabello, perdiendo así las dos orejas que tenía ganadas.

Lagartijo también sorprendió por su claridad de ideas, ante al ejempalr más gortido de la tarde, perteneciente a la ganadería de San Marcos, que no fue fácil y se acostaba por ambos pitones de manera complicada. Uno de los alumnos más aventajados de la Acadamia Taurina Municipal de Guadalajara, que recibe diaria instrucción del maestro Manolo Arruza, se quedó quito y fue así como consiguió la faena más meritoria de todas. No estuvo fino con los aceros y dejó escapar el triunfo.

Al zacatecano Ángel Giovanni "Platerito" y al hidrocálido Leo Valadez les tocaron los becerros más complicados, uno perteneciente a la divisa de Torrecilla (cabezón y descriadito) y otro de Claudio Huerta, que fue manso y salía suelto de las telas, arrollando con peligro. En ambos casos, los dos chavales se afanaron por agradar, y terminó resolviendo con mejor nota el de la Escuela Taurina de Zacatecas, que dio un par de doblones con su acusado sello, que provocaron unos olés sonoros y de mucha garra por parte del público.

Todo mundo salió satisfecho y entusiasmado del festival, después de presenciar a estos futuros toreros, niños con ilusión y desparpajo, que nos hicieron disfrutar momentos muy interesantes y hacen vislumbrar un panorama halagador de cara al futuro de estas nuevas generaciones que vienen pisando fuerte. Ojalá que el gran trabajo que hacen las Academias y Escuelas Taurinas tenga continuidad, y encuentre pronto un mayor y decidido apoyo por parte de los gobiernos estatales y municipales. El esfuerzo merece la pena.