La mansedumbre de la corrida de Alhama fue un muro infranqueable para los toreros que, a su manera, y con sus recursos, intentaron por todos los medios sacar provecho a los toros que dieron al traste con el segundo festejo de la feria de Cali.
El entusiasmo de la gente se fue apagando a la par que crecía la desesperación de una terna decepcionada, de la que destacó en mayor medida Arturo Macías gracias a ese carisma tan suyo que le granjeó la simpatía de la gente.
Desde el arriesgado quite por gaoneras que hizo al toro de Salvador Cortés, el mexicano dejó claro que venía a triunfar. A partir de entonces entró en el ánimo del público. Y de hecho, fue el único espada del cartel en conseguir una ovación en los medios tras lidiar al tercero, un ejemplar huidizo que no quería saber nada de su muleta.
La faena discurrió en los medios y más tarde en tablas, cuando el toro se rajó por completo. Ahí le dio algunos pases de mérito pero sin la ligazón deseada. No obstante, tras dar muerte al toro de un pinchazo y una estocada entera de efectos fulminantes, la gente le llamó a saludar.
El sexto era un toro con trapío, astifino y serio. Dio un primer tercio interesante, y en banderillas parecía que sería el único ejemplar bueno de la corrida. Pero todo fue un espejismo porque terminó parado y desarrolló genio. Arturo le buscó las vueltas en una faena donde lo más emocionante fue el comienzo con un péndulo. No estuvo fino a la hora de matar y escuchó un aviso.
Paco Perlaza y Salvador Cortés también trataron de agradar en todo momento. El colombiano le robó unos naturales recios al cuarto antes de que se rajara, mientras que el sevillano interesó al público delante del segundo, quizá el toro menos descastado del encierro, mediante una faena alegre y variada. En ambos casos, su deficiente uso de los aceros emborronó su labor.
A ver si mañana embiste la corrida y la feria sube de tono. El público se lo merece.
Ficha Segunda de feria. Tres cuartos de entrada en tarde bochornosa, con ligera llovizna antes del paseíllo. 6 toros de Alhama, bien presentados, varios de bonitas hechuras, pero mansos y complicados en su conjunto. Pesos: 534, 498, 472, 446, 448 y 452 kilos. Paco Perlaza (añil y oro): Silencio y silencio tras aviso. Salvador Cortés (celeste y oro): Silencio en su lote. Arturo Macías (marfil y oro): Ovación y palmas tras aviso. Destacó en banderillas Chiricuto, que fue ovacionado.