Con naturalidad, sin aspavientos, y mostrando un concepto evolucionado en su todavía incipiente carrera, Cristian Hernández dio un toque de atención en el segundo festejo del serial novilleril en Juriquilla. Por encima del trofeo obtenido, dejó gratas sensaciones entre la afición y se ganó repetir la próxima semana en el coso queretano.
El segundo de su lote, de Barralva, aunque tardo tenía calidad en la embestida y le permitió a Cristian recrearse en muletazos largos, y aún más importante, con profundidad, todo ello fundamentado en un valor sereno y naturalidad.
Ya desde el inicio mostró sus deseos de triunfo con un par de cambiados por la espalda sin moverse un ápice, y como el novillo exigía colocación, Cristian fue ligando, sin perder pasos entre los pases y pasándose cerca los pitones. Previo pinchazo dejó un espadazo en aceptable colocación y cortó una merecida oreja.
Si en su segundo mostró profundidad en su muleta, en su primero la mostró en el recibo con el capote y en el inicio de la faena de muleta por el pitón derecho, única serie que aguantó el novillo, ya que tras echarse Cristian la muleta a la mano izquierda, se rajó y no le permitió redondear. En éste escuchó un aviso tras meter un espadazo que caló al novillo.
Luis Manuel Pérez “El Canelo” salió dispuesto y dio una vuelta al ruedo tras petición en el segundo de su lote, un novillo de Barralva de condición incierta al cual banderilló con soltura. Cuando iniciaba por bajo su faena de muleta el novillo se lo llevó por delante y le pegó una golpiza que sin embargo no le impidió continuar la lidia. Voluntarioso, terminó su faena de una estocada trasera y desprendida que le valió petición de oreja, que el juez de plaza no concedió. Dio una vuelta con fuerza.
A su primero le sacó buenas series de muletazos por el pitón derecho, meritorias, ante las condiciones del de Coroneo, que embistió a arreones en los primeros tercios y se rajó en la muleta. Escuchó palmas tras pinchazo y estocada delantera y caída.
Abrió plaza el rejoneador Jorge Carreño, a quien le tocó un toro de excelentes condiciones para las cabalgaduras, perteneciente a la ganadería de Mar de Nubes. Ante su falta de sitio y el no poder dominar las embestidas del novillo, clavó la friolera de seis rejones de castigo, ante la complacencia -¿desconocimiento?- de quien ocupa el palco de la autoridad. En su descargo -del caballero en plaza- cabe decir que clavó todos los fierros en no mala colocación, pero tardó con el rejón de muerte y escuchó los tres avisos.
Los Forcados de Juriquilla, que le acompañaron y que debutaban, lograron la pega hasta el tercer intento y estando hasta doce de ellos en el ruedo. La bravura del novillo pasó de noche para el juez, como lo han hecho otras cosas desde el viernes pasado.
Ficha Segunda novillada. Medio aforo cubierto en noche agradable y sin viento. Un novillo de Mar de Nubes para rejones, bien presentado y de gran calidad para las cabalgaduras, dos novillos de Coroneo (2° y 3°), desiguales de presencia y con tendencia a rajarse, y 2 novillos de Barralva (4° y 5°), correctos de presencia, uno incierto y otro tardo pero con calidad. Pesos: 400, 380, 372, 372 y 390. El rejoneador Jorge Carreño: Silencio tras tres avisos. Luis Manuel Pérez “El Canelo” (negro y oro): Palmas y vuelta tras petición. Cristian Hernández (negro y oro): Ovación y oreja.