Buena entrada en la plaza de toros San Miguel, de Uriangato, Guanajuato, para su festejo de feria en el que estaban anunciados los diestros Jerónimo, el español Pedro Gutiérrez Lorenzo “El Capea” y el moreliano Omar Villaseñor, con reses de la ganadería Boquilla del Carmen, toros que en general tuvieron la presencia necesaria, cumplieron en varas, pero fueron complicados para los toreros, destacando ligeramente el corrido en tercer lugar.

El triunfador de la tarde ha sido el ibérico Pedro Gutiérrez. que se llevó en la espuerta tres orejas, la primera cortada al segundo de la función con el que sólo consiguió detalles por el perfil derecho, pero dejó una gran estocada en buen sitio para dar una fuerte vuelta al ruedo con el trofeo.

Al quinto lo recibió con ajustadas verónicas y con la franela se encontró con un toro al que había que someterlo mucho para sacarle pases de calidad, y a base lidiarlo inteligentemente consiguió un aseado un trasteo por naturales, muletazos tersos, largos, bien mandados y mejor rematados en series importantes dando clara muestra del entendimiento del torero hacía la lidia que requería este ejemplar.

Al final bastó con tres cuartos de estoque en buen sitio para que el toro doblara y el torero concretara el triunfo con dos merecidas orejas que paseó muy sonriente en la vuelta al ruedo.

Al moreliano Omar Villaseñor hay que reconocerle el esfuerzo realizado al torear esta tarde infiltrado del brazo derecho, con los puntos frescos de la cornada recibida en la axila apenas el domingo pasado en Celaya. Le dolía, y evidentemente fue factor para que el michoacano no estuviera en plenitud de facultades, pero sí desbordante en entrega y voluntad.
 
Con su primero se dejó ver a gusto con el percal al lancear a la verónica y luego de varas en ceñido quite por gaoneras. Con la franela ejecutó un trasteo derechista, muy alegre y variado que fue entero gusto del respetable, todo, ante el único astado de Boquilla del Carmen que fue emotivo y pronto al cite del torero. Con el acero falló en repetidas ocasiones acusando su falta de pujanza en la mano diestra, pero fue llamado a saludar desde el tercio con fuerza.

Con su segundo la historia no cambió para él. Aunque este toro fue tardo en su embestida, nuevamente Omar se desbordó en disposición y la faena fue prácticamente construida por él ante la pobre complicidad del que cerró plaza y al que supo sacarle provecho para entusiasmar en el tendido. Al final, dejó un pinchazo y estocada entera que fue suficiente para recibir una oreja por el evidente derroche de voluntad y deseos de triunfar.

Por su parte, Jerónimo cortó la oreja de su primero por una gran ejecución con la suerte suprema y momentos fugaces con este que abrió el festejo. Con su segundo estuvo empeñoso pero fue realmente poco lo rescatable de su labor que terminó con decoro, al despachar a este poco colaborador ejemplar de pinchazo y estocada para retirarse al callejón entre palmas.