La corrida de Santa Fe del Campo se ha dejado meter mano en términos generales, salvo el cuarto y el quinto, el resto tuvieron lo suyo, una corrida que cumplió al caballo y que permitió tener una tarde triunfal. La plaza como siempre luciendo impecable para la ocasión, al final la gente salió hablando de toros que es lo más importante.

Diego Sánchez con pundonor se enfundó  el terno de luces y no se ha dejado nada, incluso ni resentido se notaba, cuando la tarde iba cuesta arriba, pues el cuarto y quinto no fueron toros potables, el cierra plaza llegó para poner la cereza del pastel, desde el quite por chicuelinas el de Santa Fe del Campo ya mostraba las buenas condiciones que tenía, entre ellas, trasmisión y mucha emotividad. 

El inicio de faena fue vibrante, en los medios de rodillas para ligar una tanda por el derecho, fue donde el público se metió de lleno. Diego le dejaba la muleta siempre puesta en el hocico para tirar de el y así ligar los pases, fueron una tanda tras otra y el toro acometía con fijeza y nobleza, las emociones estaban a flor de piel mientras el torero de dinastía bajaba la mano para pegar unos muletazos de mucha calidad. Para entrar a matar fijó al toro y hasta que lo vio claro se fue por delante dando el pecho, cuando el toro dobló los tendidos se bañaron de blanco y el juez no dudó en otorgar las dos orejas. 

Bonitas las verónicas con el primero de su lote, pero mejor resultó el remate soltando una punta del capote. Brindó al equipo médico que encabeza David Martínez. El pitón potable del toro era el derecho, donde justamente Diego trazó algunos muletazos largos, de manera repentina y algo fuera de lugar se escucharon algunos gritos de "toro, toro". La estocada fue entera, pero la oreja cortada generó la división de opiniones. 

Que podemos decir de Fermín Espinosa "Armillita IV", es un pedazo de torero de pies a cabeza, con el paso de los años el torero de dinastía ha madurado en sus conceptos, teniendo las cosas claras frente al toro, y si en esta ocasión no cortó las orejas fue por el mal manejo del acero, aunque nos quedamos con esa gran faena que realizó al primero de su lote, donde tuvo el detalle de brindar a su padre, de torero a torero, de hijo a padre, pero sobre todo de amigo a amigo.

De principio el toro estaba un tanto distraído, pero Armillita lo fue esperando dándole su tiempo hasta hacerlo romper, muletazos donde parecía que el tiempo se detenía, tan despacio que torea, tan bonito, que la gente se desgarraba la garganta para corear los olés, aquella obra de arte estaba hecha, pero el coleta quería más, tal vez un par de tandas que estaban de sobra, solo faltaba firmar con la espada, lastimosamente no encontró el sitio y los pinchazos llegaron. 

El segundo de su lote fue un toro a contra estilo, se quedaba corto además que era deslucido, Fermín lo intentó de una y otra manera, pero la afición se metió con el pitando a manera de desaprobación su labor muleteril, fue cuando optó por pasaportar al astado.

David Galván tuvo una presentación discreta en Aguascalientes, con el primero de su lote que fue un toro con nobleza, vimos algunos destellos pues las tandas fueron muy cortas, cosa que en México gusta las tandas con mayor número de muletazos, por ello los olés fueron tibios. Al final el toro reculó a tablas donde Galván intentó algunos pases más al cierre de su faena, sin pasar a mayores. 

Con el segundo de su lote, la afición protestó al de Santa Fe del Campo, pues consideraban falta de trapío por lo que fue devuelto a corrales, el reserva que fue de la misma casa ganadera tuvo algunas protestas a su salida, un toro en el cual no había mucha tela de donde cortar, por lo que Galván se quedó con las ganas e ilusión del triunfo.