El encierro de El Charco fue remendado con uno de La Playa desde el sorteo, mientras que el tercero fue regresado a los corrales por su escaso trapío, corriéndose el sitio y saliendo en sexto lugar un reserva de Peñalba. En general, la corrida resultó complicada para la terna.
Para Juan Fernando era vital cortar las orejas en este cartel y refrendar sus triunfos anteriores. A su primero, de La Playa, que era muy justo de fuerza, lo cuidó mucho en los muletazos, por lo que apostó en tandas cortas. La faena fue básicamente por el pitón derecho, adornándose en los molinetes y vaciando la suerte con el de pecho. En este primero, el regio se alejó un poco del estilo que busca, el clásico, y buscó conectar con la galería con un toreo alegre. Mató al primer viaje de estocada ligeramente caída y se le concedió la oreja.
A su segundo lo recibió en los medios con una larga cambiada, pasándole el burel por encima de su humanidad, luego se fue a tablas para dibujar otro lance de rodillas y varios más con la mirada hacia el tendido. Luego de la suerte de varas, quitó por vistosos lances afarolados y remató con el manguerazo de Villalta para escuchar aplausos.
El de El Charco fue muy soso y deslucido, por lo que Juan Fernando intentó todo para arrancarle la faena, en una faena artística que superó a la primera. Mató de estoconazo y cortó su segunda oreja de la noche, asegurando la puerta grande.
A Fonseca no se le habían dado las cosas al ser devuelto su primero tras la insistencia del público, que consideró de poco trapío al astado, anunciado con 500 kilos, pero sin cara y poco ofensivo. Corrió el turno de su lote, cuyo astado le dio pocas posibilidades de triunfo, pero ante el sexto, de Peñalba, que transmitía, tenía profundidad y arrollaba por el derecho, el moreliano salió a jugársela en una labor que fue de menos a más, vibrante, con el público entregado en cada pase que daba. Mató de estocada entera en buen sitio, la mejor de la tarde, logrando cortarle las dos orejas sin discusión alguna.
Román enfrentó a dos ejemplares que lo pusieron a prueba. El de su presentación en Monterrey y que brindó a Eloy Cavazos, acudió a la muleta, pero con peligro sordo, sabiendo lo que dejaba atrás. El valenciano fue sacando poco a poco los derechazos, logrando conectar con el público en una labor derechista.
Cuando tenía ganada la oreja, sepultó la estocada que caló al ejemplar y tuvo que hacer uso del descabello en dos ocasiones más. Algunos aficionados despidieron con aplausos los despojos de "Atrevido", mientras Román agradecía la ovación en el tercio.
Con el deseo de sacarse la espina, Román salió por todas ante el quinto de la función, fue más agradecido en los muletazos y hubo conexión en el tendido. "¡No hay toro, pero hay torero!", se escuchó un grito en el tendido cálido. Mató al segundo viaje y cortó una oreja en la tarde de su presentación en Monterrey.
De acuerdo con fuentes cercanas a la empresa, en noviembre 10 y 17 habrá dos festejos más para cerrar la temporada 2024. Habrá que esperar a que anuncien sendos carteles.