Si bien la afición local dijo entre sí que la tarde de hoy era para que mejorara la entrada respecto de la semana anterior, no lo fue hoy, pero, repetimos, y decimos sin conceder, ha sido parte esa de culpa de un tiempo que pocas veces se ha vivido en Pachuca en estas fechas, con un frío polar, con una llovizna intermitente (según dijo el Sistema Meteorológico Nacional), de un par de sistemas de baja presión, y que le memoria solo me remontaría a una en 2008; así, una lluvia más que molesta del corrido en quinto lugar y al cierre del festejo, puso a prueba a los asistentes.

De menos en esta ocasión, salieron esta tarde dos toros buenos de Boquilla del Carmen, que vino por tercera ocasión al coso "Vicente Segura", y otro par de ellos, que terminaron por permitir el lucimiento, merced del bagaje y oficio de los diestros.

El triunfador de esta tarde ha sido Diego Silveti, que bien lo pudieron acompañar, decíamos, sus compañeros de terna. Al que abrió plaza toreó templado por mandiles, rematando con un recorte. La res recibió un puyazo, cumpliendo bien. De muleta instrumentó tandas con la derecha, despatarrado, que tuvieron empaque, por lo que le corearon con fuerza.

El toro fue obediente, con fijeza y clase por el pitón derecho. Con la zurda acometió con la cara a media altura, pero tuvieron buen gusto los naturales. El epilogo de su trasteo fue con la ejecución de una serie de manoletinas, para luego matar de estocada tendida, lo levantó el puntillero, por lo que tuvo que descargar certero golpe de descabello. Cortó una oreja con fuerza y hubo palmas en el arrastre al de Boquilla del Carmen.

Con el que cerró abrevió de capa, y con la muleta, cuando caía una lluvia tupida, el aliento del torero y de la res se congelaban en el aire, y el poco público que quedó y que se fue a refugiar al techado de las gradas de general, pudo ver y gustarse el dibujar naturales muy templados del torero, bajo un resbaladizo suelo, a un toro obediente, con un pitón derecho que acometió con la cara a media altura. Al diestro se le vio sereno, sin prisa, disfrutando. Paró la lluvia y vinieron naturales, en los que se gustó. Vinieron adornos y dejó una estocada tendida y trasera, que lo fulminó, para cortar la otra oreja, que, además, pocos pidieron.

El otro triunfador fue el debutante Antonio Ferrera, que no pudo enfrentar su primero (según la tarjeta de sorteo), ya que se despitorró apenas saliendo de toriles al estrellarse estrepitosamente contra el burladero de matadores. Lo sustituyó un astado terciado, de Coronado, al que solamente bregó. Este toro apenas cumplió en el puyazo que tomó. De muleta estuvo firme con un toro que acometió rebrincado, sin fijeza, al que le pegó una buena tanda con la zurda, aguantando esa esa bronca embestida. Ejecutó otra con la derecha, en la que intentó llevarlo templado, por su violencia. Se fue a matarlo luego de solo este par de tandas, dejando una estocada trasera, con la que la asistencia pidió la oreja, habiendo división de opiniones cuando se la entregaron.

A su segundo lo bregó, por las condiciones inciertas del animal, por cierto, utilizando un capote en color verde con forro igualmente verde, en otro tono, cosa que a más de un asistente le llamó la atención, pues nunca se había visto aquí, que suponemos, es parte sin duda del estilo innovador de este torero.

El toro recibió un puyazo, y de muleta, poco pudo hacer frente a un toro que tuvo guasa, que se terciaba y se pensaba las embestidas; es cierto que lo aguantó con firmeza, pero el camino hacia una faena con lucidez era escabrosa y corta, por lo que optó tirarse a matar, señalando un pinchazo, una estocada caída delantera y golpe de descabello. Hubo algunas palmas tras aviso.

Ernesto Javier "Calita" estuvo bien al torear a la verónica a su primero, rematando con un recorte, siendo reconocido. Lo bregó al caballo, donde recibió un puyazo breve, estando muy bien Omar Morales, luego de que toreó con el caballo, midió al burel y lo prendió en lo alto, por lo que fue ovacionado en el tercio, pocas veces vista esta escena en esta plaza.

Con la muleta, ante un toro que comenzó a quedarse corto y tiraba hachazos violentos, estuvo voluntarioso y firme, extrayendo tandas importantes con la mano diestra, a este animal que tuvo media embestida y terminaba con la cara arriba. Así también hubo una tanda, gustándose, con la mano zurda, entregándose el público con el diestro. Desplante que le ovacionaron. Tras una estocada apenas tendida se pidió con fuerza la oreja, que negó el juez. Dio a cambio una vuelta al ruedo con fuerza y queda la reflexión de, si a Ferrera la autoridad en esta ocasión, tras una estocada similar, (queremos pensar que ese fue su criterio), ¿por qué negarla en este caso?

Al quinto le recetaron un puyazo. Calita lo bregó de salida. De muleta remontó las condiciones climáticas de la lluvia, la distracción del público por la misma situación, y que otra parte, parte de este se había retirado, así que, ante un toro renuente a repetir la embestida, distraído y sin entrega, que parecía no habría faena, pudo lograr trazarle buenos ayudados, algunos, uno a uno, encelando al animal que no se entregó, con otra tanda con temple como meritoria, por el izquierdo. Mató de estocada tendida y fue muy ovacionado.

El rejoneador debutante Javier Funtanet lidió cumplidamente a un toro tuvo fijeza y fue pronto de salida, al que clavó un rejón de castigo a la media vuelta. Vivió un momento de apremio al intentar un pitón contrario pues la jaca perdió los cuartos traseros por lo resbaladizo del piso.

Después vino una banderilla en la suerte antes citada, buena. Ejecutó dos de frente, a un toro que nunca abrió el hocico, pero que luego se paró. Hubo una pasada en falso. Intentó poner una corta por dentro, que no se clavó, y una que le aplaudieron. Dejó un rejón trasero y salió a saludar una ovación en e tercio.

Su segundo tuvo buen son y estilo, y Funtanet dejó un rejón y otro que cayó al piso. Hubo bien ejecutadas tres banderillas de frente, en los medios al estribo, que le aplaudieron. Tres cortas las ejecutó por dentro, siendo aplaudido, y tras un rejonazo trasero y caído, aprovechó a dar la vuelta ya que lo habían llamado a salir al tercio. Palmas en el arrastre al buen toro.