Para el adecuado desarrollo de una tienta, es relevante la función de los toreros. Es por ello que los ganaderos suelen contar con el apoyo de picadores experimentados en el campo, así como toreros de a pie que sean magníficos tentadores y sepan dejar entrever las virtudes y los defectos de los animales bravos, dándoles la lidia correcta y adecuada acorde con las condiciones que muestran en la plaza de tientas.
Sin embargo, ¿qué significa ser un buen tentador? Así lo explica el maestro Manolo Mejía: "No es nada más un torero que se para frente a una becerra y la torea como si estuviera en una plaza de toros. Un buen tentador debe pensar en el ganadero y en el animal, así como en lo que mejor le puede servir para sacar las virtudes y limar los defectos. Hay que pensar como un torero de campo, primero en la vaca y mucho después en el lucimiento propio.
"Es clave entender a la perfección lo que hay que hacerle a los animales, de tal forma que los ganaderos puedan calificar lo mejor posible. Yo tuve el honor y orgullo de que muchos ganaderos me consideraran uno de los mejores tentadores".
El maestro José Luis Angelino sintoniza con esta misma idea: "Para ser un buen tentador, primero tienes que tener el dominio de los trastos y la técnica del toreo.
Luego, pensar más en torear para las vacas y darles confianza, teniendo esa sensibilidad para sacrificar lo tuyo en beneficio del ganadero. Tu técnica tiene que estar desarrollada y tener la capacidad de dar la menor cantidad posible de capotazos al colocar a las becerras al caballo, para luego torear muy en la línea con la muleta, sobre todo en las primeras tandas. La verdad es que ser tentador conlleva una responsabilidad muy importante para nosotros los matadores”.
A diferencia de otros tiempos, en la actualidad no existen tantos toreros que sean bueno tentadores, en opinión de Manolo Mejía: "Hoy en día no he visto muchos toreros que sean buenos tentadores. Quizá aquí piso varios callos, pero es verdad. Yo tuve el honor de aprender al lado de maestros como Alfonso Ramírez ´El Calesero´, Manolo Martínez y Mariano Ramos, toreros que sabía tentar muy bien y que entendía a la perfección lo que había que hacer".
En el caso de los picadores, Curro Campos comparte la siguiente reflexión: "En la mayoría de los tentaderos, uno se pone de acuerdo con los ganaderos, y en otros te dan la libertad, siempre y cuando cumplas con el objetivo de las tientas. Ser un buen tentador a caballo es siempre respetar el orden y cumplir con la función del picador, que básicamente es fijar a la vaca, cuadrarla y provocar la embestida, para luego darle un castigo acorde a los requerimientos, y ya el ganadero irá sacando sus conclusiones. Paradójicamente, el toro en su hábitat es más intenso en su pelea con el caballo".
Resulta importante destacar que los tentaderos no solamente son importantes para la ganadería brava, sino que también resulta fundamental en la preparación de los toreros, pues les permiten mantener sitio y ritmo, además de la importancia que siempre tiene el hecho mismo de poder corregir errores en la tauromaquia propia.
"Para un torero es importantísimo mantenerse activo en el campo. Y es que estás en lo tuyo y concentrado, además de tener la oportunidad de corregir errores que a veces se van presentando en las plazas de toros. Frente a las becerras vas encontrando distancias, ritmos y temple, además de un amplio conocimiento de los terrenos y del comportamiento de los animales.
"Todo esto te va dando un bagaje importante para, cuando estés frente a un toro en una corrida, tener mayores elementos para poder sacar sus virtudes y transmitir emociones al público con lo que realizas en el ruedo", concluyó el maestro Manolo Mejía.