La monumental "Vicente Segura" de Pachuca registró una aceptable entrada, buena, más bien, hay que decirlo, en una tarde agradable, en la que la terna solventó un encierro que, si bien fueron de distintos hierros los que lo conformaron, los toreros lo libraron holgadamente.
Así, Luis Gallardo enfrentó al astado de Piedras Negras, un espectacular franciscano y berrendo, y bien armado, que no estaba en el tipo de la ganadería, que, además, hizo cosas de manso de salida, pero que después de la pica se empleó por el pitón derecho y supo aprovechar el torero, ya que tuvo clase por ese pitón.
En ocasiones pareció que le faltó aguantarle en alguna embestida, pero la voluntad del diestro no cejó. Dejó media estocada, suficiente para que rodara el animal, y que el público pidiera con fuerza la oreja, que concedió bien el juez.
En tanto, uno de los debutantes, como fue el tlaxcalteca Pepe Nava, estuvo entonado con el toro de José Julián Llaguno. Se mostró bullidor en banderillas, en tanto que con la muleta conectó con el público, que, ya entregado con él, le coreó pases que tuvieron su importancia por las condiciones del animal. Mató de estocada en lo alto, haciendo muerte de bravo el animal, lo que hizo el público se le entregara.
Pablo Samperio se enfrentó a un toro que tuvo la controversia de que estaba reparado de la vista (según dichos en el callejón). Sin entrar en discusión, lo que sí, al animal le faltó de pronto celo, aunque nunca abrió el hocico, y tuvo voluntad para seguir con fijeza el engaño, pero sí es que sin transmisión. No estuvo acertado el torero para matarlo al primer viaje, pero tras despacharlo dio con fuerza una vuelta al ruedo.
En tanto, el rejoneador Leonardo Zatarain estrenó dos caballos que hicieran que la gente conectara pronto. Le dejo un rejón a un toro pronto en las acometidas, de Arroyo Zarco, y al que le dejó cuatro banderillas de frente que la concurrencia le reconoció. Aseado, limpio en su hacer el caballero, el manchón fue que no acertó al primer viaje con el acero. Por su parte, los Forcados de Pachuca realizaron una emotiva pega al primer intento, con Arturo Sánchez a la cara, que les ovacionó con fuerza la afición.
Xavier Gallardo tuvo buenos detalles con el astado de La Punta, flojo y apenas con voluntad, y que en la muleta se tradujo detalles que gustaron a la asistencia. No estuvo bien cona el acero y eso incluso le privó dar de alguna vuelta al ruedo.
José María Hermosillo, desconocido para su otro compañero de terna, debutó en este coso siendo, son sus cartas presenciales la afición y un buen valor. Le corrió bien la mano a un toro que había que aguantarlo y al que le cuajó muletazos de buen concepto y que tuvieron eco en el tendido, pero por sus fallas con el acero le privaron posiblemente de un trofeo, quedando en una ovación su presentación.