Luis Gallardo reapareció en la plaza "Vicente Segura" de Pachuca, después de diez años de ausencia, siendo uno de los triunfadores de la tarde al cortar una oreja, su triunfo no fue fácil ni cómodo, ya que le tocó enfrentar a un astifino astado de Piedras Negras que le pidió el carnet y le hizo sudar el traje de luces.
Gallardo, con 17 años de alternativa, ha quedado marginado por distintas empresas que no le dan oportunidad de actuar y hasta por los ganaderos, que no lo toman en cuenta para realizar labores de tienta en el campo.
"Mi carrera ha sido cuesta arriba, toreando muy poco, la verdad, casi nada. He tenido años que se han pasado totalmente inéditos, pero gracias a Dios la ilusión nunca se ha apagado y desafortunadamente a mí no me invitan al campo. Tampoco el campo se ha abierto para poderme preparar".
Su voz se escucha abatida, como resignado, pero a la vez consciente de su triste realidad, según explica:
"Yo me preparo en el campo hidalguense, pero el que no está registrado en las ganaderías, con ganado de media casta en la zona de Ajacuba, de Atitalaquia, de Tezontepec y me toca rentar becerras para poder estar medio preparado y listo para cuando saliera una oportunidad".
Con su triunfo, en el que estaba en disputa un puesto para octubre próximo en la Feria de san Francisco, Gallardo espera que su carrera al fin despunte.
"Le pido a Dios que este triunfo que se acaba de tener el domingo pasado ante un astado de una ganadería como Piedras Negras, y haber cortado una oreja, ojalá me ayude para poder seguir toreando. Una de mis ilusiones era esa, poder torear en Pachuca, tenía diez años que no toreaba en la "Vicente Segura" y regresar con un toro de esa ganadería, con esa catadura, y haber sido triunfador de la corrida, la verdad que me llena de mucha moral. Espero esto sirva para poder seguir toreando y que las empresas vean que aquí estoy en pie de lucha", finalizó.