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Gamero vuelve a hacer historia en La México

Domingo, 17 Mar 2024    CDMX    Juan Antonio de Labra | Foto: Hidalgo           
Indultó a "Recuerdos", de La Estancia, el segundo en esta plaza
El éxito de la corrida de rejones se palpaba en el ambiente y, para empezar, habría que anotar la muy buena entrada que registró la Plaza México la tarde de este domingo, para ver un cartel atractivo del que al final resultó como máximo triunfador Emiliano Gamero, al indultar a "Recuerdos", de La Estancia, el segundo que consigue en este escenario a lo largo de su carrera.

Toda la tarde Gamero fue un torbellino de entrega y emoción, con una puesta en escena que le llega mucho a la gente, con esa personalidad arrebatada que conmovió a las masas en dos faenas de corte similar, la primera con un alegre ensabanado que se movió mucho, y la otra con el bravo "Recuerdos", al que se le perdonó la vida.

Al primer ejemplar de su lote lo corrió por delante muy bien montando a "Letrudo", un ágil cuarto de milla, y luego clavó banderillas sobre "Jaque Mate", dotado de dinamismo y una conexión bárbara con la gente, no obstante que las piruetas que ejecutó no tuvieron ceñimiento, y volvió a entusiasmar al público con "Júpiter", antes de clavar un rejón entero que no hizo doblar al toro con prontitud. Gamero echó pie a tierra y con el descabello perdió la oreja que tenía ganada, así que era consciente de que en el quinto tenía que desquitarse a como diera lugar.

La porta gayola para correr a "Recuerdos" con la garrocha tuvo riesgo sobre los lomos de "Malacara", porque el de La Estancia salió a embestir por derecho, con mucho ímpetu y transmisión. Luego vino el tercio de banderillas con "Ilusión" y "Adame", y más tarde el toreo de costado y diversos alardes de doma, para trabajarse un indulto que quizá no era necesario solicitar tan deliberadamente como lo hizo, pues la gente ya estaba volcada con la bravura del toro al que, después de una sonora petición, el juez Gilberto Ruiz Torres terminó por perdonarle la vida, mientras la plaza explotaba de júbilo.

Y si por momentos la corrida cayó en cierto triunfalismo, o detalles circenses o chuscos, como ese espontáneo que se arrojó en el cuarto toro a hacer el ridículo, lo cierto es que se debe a esa oleada de un público nuevo –y desconocedor de tantas cosas– pero que viene a aportar un aire fresco a la Fiesta que es necesario saber encauzar, para que permanezca y aumente conforme siga habiendo toros.

Por otra parte, hay que señalar la entonada actuación de Andy, que se quedó a un tris de salir a hombros de no haber pinchado una vez a sus dos toros, luego de cuajar faenas clásicas, toreras, en las que combinó a la perfección el espectáculo y el toreo, siendo la primera, con el toro más hecho de la corrida, que tuvo nobleza, y otra de mayor redondez ante el cuarto, que fue bravo y embistió incansablemente detrás de sus caballos.

Su presencia en esta corrida sirvió para recodar que, una vez retirado Pablo Hermoso, ahí está presente el torero de Benidorm, conjuntamente con Diego Ventura, para planificar temporadas más sólidas y, sobre todo, ayudar a que crezca el nivel del rejoneo en México fomentando este tipo de corridas, como la que habrá mañana en Irapuato o el 1 de mayo en Aguascalientes.

La faena al segundo de su lote fue la más estructurada y torera, con pasajes de gran doma con caballos como "Mediterráneo", que se dobló con mucho garbo de salida, o "Iluso", que galopó infinidad de veces de costado, con ceñimiento, a otro magnífico toro de La Estancia que debió haber sido premiado con arrastre lento y al que Andy pincho en una ocasión antes de fulminar de un certero rejón de muerte para cortar un apéndice, escaso premio para una obra de altos vuelos.

Pocos se enteraron de la meritísima faena de Fauro Aloi al tercero, el único toro del magnífico encierro de La Estancia que tuvo un comportamiento sumamente extraño y obligó al caballista capitalino a sacar la casta y una serie de recursos para terminar desengañando las embestidas del toro.

Al de La Estancia no  le quedó más remedio que acudir detrás de sus caballos, siempre pegando unos intempestivos arreones que Aloi buscó reducir con valor y temple en el tercio de banderillas, luego de trabarle mucho para clavar el primer rejón de castigo porque daba la impresión de que el toro no veía cerca y se arrancaba de lejos como un rayo.

La leve petición de oreja tras terminar con un eficaz rejón de castigo con su labor, impidió que se concediera y eso fue una injusticia porque haberse sobrepuesto a tan complicado ejemplar, toreando con la exposición que lo hizo, y matando bien después de un pinchazo, era para llevarse a casa el bálsamo del triunfo, pues Fauro demostró carácter para solventar la difícil papeleta.

El sexto fue un toro que de salida hizo cosas parecidas al tercero, y poco a poco, pisando terrenos comprometidos, Fauro acabó sometiendo en otra faena con mucho toreo de frente, en la que clavó en distintos terrenos con seguridad y arrojo. Y a la hora de matar, después de colocar un buen rejón de muerte, le pasó otro tanto igual: no acabó de aumentar la petición de la oreja que se había ganado a ley. Cosas que pasan, pues, cuando el público ya está pendiente de ver cuántas copas se tomó y de pagar la cuenta antes de marcharse luego de tres horas y media de corrida.

Capítulo aparte lo protagonizaron los tres grupos de forcados que hoy se dejaron la piel en La México, siendo los Forcados Amadores de Alcochete, los que ganaron la "Forca de Oro" que estaba en disputa, tras dos pegas simplemente perfectas, no sólo por las ventajas que los forcados de cara (Manuel Pinto y Antonio José), sino la actuación de las primeras ayudas que fueron fundamentales para poder consumarlas con tal destreza y hasta belleza.

Los Forcados Amadores de México pasaron fatigas con el toro ensabanado, al que Carlos Tirado pegó al tercer intentos, luego de ver cómo había sido herido en el cuello su compañero Uriel Montes de Oca que fue el primero en ir a la cara. Al quinto toro le hicieron una excelente pega, por conducto de Hiram Gallardo.

Por su parte, los Forcados Potosinos, que era el grupo con menos experiencia, consumaron una pega sensacional al tercero, por conducto de Daniel Solorio,  y otra con dificultades al sexto, pero también enseñaron que venían dispuestos a todo y en el caso de los tres grupos, la gente les tributó ovaciones acorde a la entrega que habían desplegado.

El próximo domingo concluye esta gran Temporada de Reapertura con una novillada que se antoja muy interesante, pues están anunciados Emiliano Osornio, el de la clase de torero caro; el norteño Luis Garza, salido del proyecto "Campo para Novilleros", y el queretano Andrés García, hermano de El Payo, con una novillada de Villar del Águila, ganadería hermana de Xajay. Ojalá que se haga una promoción adecuada para invitar a que los jóvenes sigan yendo a los toros como hasta ahora, pues esa es la afición que hay que preocuparse por cultivar.

Ficha
Ciudad de México.- Plaza México. Casi media entrada (unas 19 mil 500 personas), en tarde soleada y calurosa, con algunas ráfagas de viento. Toros de La Estancia, que sustituían a los de Fernando de la Mora, desiguales en presentación y de juego variado, de los que destacaron 1o. y 2o. y, sobre todo, 4o. y 5o. por su clase y duración, éste último indultado. Pesos: 551, 548, 510, 513, 499 y 496 kilos. Andy Cartagena: Ovación tras ligera petición y oreja. Emiliano Gamero: Ovación e indulto. Fauro Aloi: Ovación tras petición y ovación. Incidencias: El toro indultado se llama "Recuerdos", número 19, cárdeno, con 499 kilos. Gamero invitó a dar la vuelta al ruedo a los ganaderos Alejandro Martínez Vértiz, padre e hijo. La Forca de Oro se la concedieron a los Forcados Amadores de Alcochete. Actuó como sobresaliente el matador Óscar Rodríguez "El Sevillano", que hizo patas un quite por zapopinas y sufrió un revolcón. Se tributó un minuto de aplausos en honor de Fernando Blanco. Se despidieron de sus funciones el alguacilillo Ramos, tras 44 años de labores, y el doctor Rafael Vázquez Bayod, luego de haber permanecido 25 años en el servicio médico; dio una vuelta al ruedo muy aclamada. Se pintaron las rayas del tercio de manera innecesaria, pues no actuaron los picadores. La corrida duró 3 horas 30 minutos.

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