El maestro, considerado como tal en su rubro, rejoneador y actor, Gastón Santos Pué, decidió irse en estas fechas, específicamente, el martes de esta semana. Él fue el primer rejoneador mexicano en tomar la alternativa en la llamada Catedral del toreo a caballo: la monumental de "Campo Pequeño", la plaza de Lisboa.

Fue alumno de uno de los pilares del toreo a caballo, no solo en Portugal, sino universalmente, llamado, además, un revolucionario de esta disciplina: Joao Alves Branco Nuncio, de quien tomó la borla de profesional, precisamente en Lisboa.

Fue el primer emprendedor en importar a México sangre de caballos lusitanos de la línea Veiga, y fue criador de toros de lidia de encaste Parladé a través de don Fernando Palomeque, de Yucatán, además de instituir la tradicional corrida del uno de enero en Mérida, de rejones, por allá de comienzos de los años sesenta.

Fue el primer rejoneador mexicano en encerrarse con cuatro toros, y llevar a cabo en la Plaza México un festejo al estilo de la antigua usanza portuguesa, alternando aquella vez con el maestro Pedro Louceiro, acompañados de los Forcados de Lisboa, y a pie, alternando con el primer y único matador mozambiqueño que fue Ricardo Chibanga, que sostuvo un mano a mano con Jesús Solórzano, y toros de Zotoluca.

Fue el primer criador de caballos lusitanos extranjero, y mexicano, en ser galardonado en competencia, en Portugal, de conformación, con el caballo "Eneas", adquirido por Julio Pimentel, y a su vez, vendido y comprado por Manuel Braga, para pie de cría.

Ha sido el único extranjero, y mexicano, no político, en recibir en Portugal la medalla del Infante Don Enrique, y uno de los tres mexicanos, junto con el inolvidable Carlos Arruza, y Emiliano Gamero, recientemente, en haber pisado el coso monumental Las Ventas de Madrid.

Hombre valiente, que enfrentó a presidentes y caciques en su natal Tamuín, San Luis Potosí, en donde tuvimos la oportunidad de tratarlo, que, al amparo de él, pudieron surgir varios rejoneadores.

Como actor, destacó en distintas películas del llamado Western Mexicano, siendo célebre con su caballo tordillo "Rayo de Plata", con el que enfrentaba a bandidos (en las temáticas de dichas cintas), en los que se liaba a golpes. Querido y respetado por todos, no se podrá olvidar al maestro por todo lo que deja. Que es mucho. Descanse en paz.