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Gamero cuaja una intensa faena en Texcoco        

Luego de una entregada tarde no exenta de momentos de apremio

Emiliano Gamero está buscando reivindicarse y mantener el cartel que tanto trabajo le ha costado alcanzar, y hoy en Texcoco no desaprovechó la oportunidad de mostrarse y, con su valerosa actuación, demostrar que está más vigente que nunca y tiene todo para rivalizar con las figuras de a caballo de ultramar.

Y si bien es cierto que su toreo es heterodoxo, algo que conserva desde sus inicios, y a veces sus procedimientos se desbordan, su expresión a caballo y su personalidad, además de su arrojo, son los ingredientes que le dan ese toque diferente que tanto le agrada al público, como al de ayer en la plaza "Silverio Pérez", donde cuajó una intensa faena al bravo cuarto toro de la tarde, perteneciente de la divisa de Chinampas, con el que formó un enorme alboroto.

Recibió a "Curruco" a porta gayola montando "Malacara", al que más tarde corrió bien por delante para fijarlo antes de clavar dos excelentes rejones de castigo, yendo de frente y batiendo en el último momento, que dejaron en claro sus intenciones de trascender en una tarde clave, con la presencia de las cámaras de Tauronet.tv de por medio. Y más tarde sacó a "Guapo", el bayo, con el que clavó banderillas en ese mismo tenor y haciendo las cosas bien, mientras el interés del público, entre el que había muchos niños, fue en aumento.

Pero lo mejor vendría a lomos de "Jaque Mate", un lusitano de capa alazana, del hierro del doctor Cruz, con el que después de clavar las banderillas en los medios, ejecutó veloces piruetas. En una de ellas, el caballo resbaló cerca de la puerta de toriles y, sin llegar el jinete a caer del todo, el de Chinampas se los encontró de frente y les propinó una dura paliza de la que se temía lo peor, sobre todo para el caballo, cuya posición terminó interponiéndose entre toro y torero.

Mención especial merece el matador Arturo Saldívar, que se encontraba como espectador en el callejón y saltó como un rayo a la arena mientras se despojaba de su chamarra y así le hizo el quite al caballo, en medio de la conmoción que este lance había provocado en la gente. Visto que "Jaque Mate" no había sufrido lesión alguna, ni tampoco Emiliano, éste volvió a montar a su caballo y al principio hubo una sincera rechifla desaprobatoria.

Pero enseguida se vio que los dos estaban en condiciones de sobreponerse a este dramático momento y la algarabía explotó en el tendido cuando Gamero clavó otra banderilla y repitió la dosis, evidenciando el gran valor del caballo al que, una vez concluida su frenética labor, echó rodilla a tierra y besó la mano izquierda en otra muestra de esa facilidad para improvisar y dar espectáculo.

Luego sacó a "Júpiter", otro lusitano de capa tordillo rodado, con el que clavó banderillas al violín en los medios y luego ejecutó vistosas cabriolas a lomos de un caballo bajito que tiene mucha elasticidad y fuerza. Y ya con el ambiente totalmente caldeado, aparecieron en la arena los Forcados Amadores de México, con Andrés del Villar, de la famosa dinastía hidalguense, para realizar una pega extraordinaria que tuvo el remata de René Tirado como rabillador.

Así las cosas, Gamero vino con "Glamour" para clavar dos banderillas cortas y tratar de recuperar el grado de revoluciones de su faena, y a pesar de que señaló dos lamentables pinchazos previos a la estocada definitiva, el público, todavía conmocionado por lo que había sucedido, exigió la entrega de una oreja que el juez, Leonardo Campos, concedió con mucho tino.

En el toro que abrió plaza Gamero también había sufrido un instante de peligro al haber resbalado "Júpiter" cerca del burladero de matadores, y con ese ejemplar, que tuvo una primera fase un tanto desigual, en cuanto a sus embestidas se refiere, terminó por acudir más templado de mitad de la faena hacia adelante, lo que permitió a Emiliano clavar algunas banderillas con mayor desahogo pero sin la pasión que vendría más tarde con ese "Corruco", el toro más bravo de los que hasta ahora se han lidiado en Texcoco y que, lamentablemente, se fue sin premio del arrastre lento, como si lo tuvo, de manera benévola el que abrió la función.

En ese ejemplar, Jos Sandoval también hizo una excelente pega, plagada de temple y valor, e invitó a Gamero a dar la vuelta al ruedo, cuando lo suyo, si acaso cabe debió darla solo.

Uriel Moreno "El Zapata" enfrentó el lote más desigual de la corrida de Rodolfo Camarena, pues el primero fue un toro con genio y el otro, noble. A ese segundo de la tarde le hizo fiestas con capote, banderillas y muleta en una lidia meritoria, dotada de oficio, recursos y conexión con la gente. Y como mató de una estocada eficaz le entregaron una oreja de ley.

El quinto, muy en el tipo del sensible y magnífico criador Pepe Garfias, hierro con el que aumentó su simiente la ganadería jalisciense, volvió a estar entregado el torero tlaxcalteca, pero quizá sin la finura de colocación que le hubiera permitido sacar a relucir todavía más las virtudes de un toro noble que pedía sitio, para torearlo en línea y dejarlo que se empleara con mayor entrega en la muleta. A pesar de este detalle, Uriel conectó con la gente, que todavía seguía emocionada con Gamero, y de haberlo matado al primer viaje le hubiera cortado una oreja. Pero no estuvo fino con la espada.

Por su parte, el lote más parejo, por inválido, fue el de Juan Pablo Sánchez, que hoy apenas y pudo bosquejar discretos detalles de buen gusto y torería, como fueron el toreo por la cara al tercero, al que también pasó de muleta de pitón a pitón en esa parte final de la faena, así como adornos sueltos con el sexto, otro toro que se echó hasta en dos ocasiones durante al trasteo.

Al final de la corrida el público se quedó en la plaza como con ganas de más, y el ambiente se preñó de alegría con la mejor entrada que ha habido hasta ahora en el ciclo denominado "¡Sí a los toros!", y ojalá que la fiesta siga por ese tenor para el próximo sábado en que habrá un interesante –e inédito, me parece recordar– entre dos ex alumnos de Tauromagia Mexicana: Octavio García "El Payo" y Sergio Flores, quienes lidiarán un encierro de Xajay. A ver qué pasa pues, allá en Texcoco la próxima semana consecutiva de toros.

Ficha
Texcoco, Mex.- Plaza "Silverio Pérez". Tercera corrida del serial "¡Sí a los toros!". Tres cuartos de entrada, en tarde soleada y fresca. Toros de Chinampas (1o. y 4o., de rejones), bien presentados, de juego variado, de los que sobresalió el 4o. por su bravura y duración; otros, como 3o. y 6o. fueron muy flojos. Y al 1o. se le premio con arrastre lento de manera benévola. Pesos: 529, 497, 475, 570, 548 y 490 kilos. El rejoneador Emiliano Gamero: Vuelta y oreja. Uriel Moreno "El Zapata" (capuchino en Damasco y oro): Oreja y ovación. Juan Pablo Sánchez (granate y azabache): Silencio y ovación Incidencias: Los Forcados Amadores de México realizaron dos buenas pegas, la primera por conducto de Jos Sandoval, que invitó a Gamero a compartir la vuelta al ruedo, y la segunda la cuajó Andrés del Villar, y también dio la vuelta con Gamero. Destacó en varas Ricardo Gaytán, que picó muy bien al 3o. Y en banderillas Heidegger Chávez, que debió haber saludado una ovación en el 3o., tras clavar buenos pares de banderillas. El picador Juan Carlos Gómez sufrió una caída en el 2o., y estaba pendiente de hacerse estudios para conocer el alcance de la lesión sufrida.

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