"Fue gran novillo con un novillero sobrado de valor, condiciones y ambición, que puso toda la carne en el asador. Supo medir los tiempos y lo único que le falló fue la espada, a pesar de que se tiró a matar por derecho. Los dos pinchazos dolieron. Esa puesta en escena de un recién llegado merecía una final feliz. La materia prima la tiene. Se llevó a Madrid por delante y lo arrolló".
EL PAIS (Antonio Lorca)
El novillero mexicano tiene pinta de torero grande. No hay más que ver la actitud de triunfador con la que se mueve por el ruedo; la seguridad que desprende, el amor propio que destila y esa forma de manejar capote y muleta, valeroso y clásico, hondo y espectacular a un tiempo, temperamental y pundonoroso.
El fallo con el estoque le impidió alcanzar un triunfo gordo en el quinto de la tarde, al que muleteó primorosamente con la mano derecha, luciendo al noble novillo desde lejos, bajando la mano, alargando el brazo en cada muletazo y sintiendo cada uno de ellos en el alma. Por eso, ese tipo de toreo explota con tanta facilidad y se contagia al momento a los tendidos.
EL MUNDO (María Vallejo)
Isaac Fonseca y Álvaro Burdiel ya habían saboreado la gloria de Madrid cuando se alzaron triunfadores del certamen Camino hacia Las Ventas, allá por 2018 y 2019, respectivamente. Este lunes volvieron a dar un golpe en mesa por distintos palos, que las espadas dejaron sin premio.
A la salida del quinto, habían transcurrido más de dos horas de festejo. La tarde, marcada por la falta de fuerza de los novillos, se hacía tan pesada como el aplomo de Fonseca. Cinco verónicas, dos medias y una larga compusieron un bello saludo capotero que auguraba, por fin, el despertar. Como los pares de El Tito y Raúl Ruiz, que saludaron una cuajada ovación. Tras el brindis, IF puso la plaza del revés con un explosivo inicio por cambiados de rodillas. No paró la ebullición en dos tandas diestras con una emoción bárbara. Que brotaba del buen tranco del encastado quinto y de los terrenos de lava que pisaba el mexicano, con los muslos ofrecidos en cada muletazo. Un cambio de mano dio paso a la senda izquierda. Por ahí, el acople fue otro. Una última ronda de derechazos cargados de aplomo y el cierre por manoletinas dispararon la petición de oreja a pesar de dos pinchazos en todo lo alto. El palco impuso la cordura y Fonseca paseó una vuelta al ruedo de novillero cuajado.
Al segundo, que a pesar de ser el más armónico de sus hermanos estaba ayuno de poder, intento sostenerlo en su media altura antes de encarar el volapié recto como una vela. El espadazo en el hoyo de las agujas le valió una ovación.
AGENCIA EFE (Paco Aguado)
Con el escaso resultado de una solitaria vuelta al ruedo para el mexicano Isaac Fonseca se cerró este lunes la segunda novillada de la feria de San Isidro, en la salieron al ruedo varios novillos con bravura y calidad del conde de Mayalde que no fueron suficientemente aprovechados.
Uno de esos dos novillos estrella, el precioso "Hortelano", le correspondió al mexicano Isaac Fonseca, que mostró con él la misma actitud decidida que tuvo con el endeble segundo, al que no pudo hacer más que sostener en pie. Pero ese quinto rebosó las fuerzas que le faltaron a su hermano y acudió descolgado y con codicia a todos los cites que le propuso el azteca tras dejarse ver con el capote y abrirle faena en los medios con un par de péndulos de rodillas.
El trasteo, muy jaleado por un público agradecido, fue corto, de apenas cuatro tandas de muletazos, más ligadas y templadas cuando Fonseca aprovechó la inercia de las embestidas que cuando tuvo que engancharlas, hasta llegar a un pronto y apurado final por bernadinas cuando se perdía la consistencia y el fuelle. Con todo, e incluso tras dos pinchazos previos a la estocada, se le pidió una oreja que no se concedió, mientras que el novillo era arrastrado sin la que hubiera sido una merecida ovación.
CADENA COPE (Sixto Naranjo)
Flaco favor le hizo el palco presidencia a Isaac Fonseca al mantener en el ruedo al inválido segundo. Un animal que evidenció su más que escandalosa falta de fuerzas y con el que el mexicano sólo pudo lucir en un variado saludo capotero a base de verónicas y chicuelinas y una estocada volcándose sobre el morrillo.
El quinto estaba también cogido por alfileres. Pero sacó buen fondo dentro de su contado poder y lo aprovechó Fonseca para firmar una actuación muy animosa desde que inició la faena de rodillas en el centro del ruedo. El azteca, que se arrima como si no hubiese un mañana, atacó pronto al utrero del Conde de Mayalde. Por abajo y llevándolo largo. Más rotundo a derechas ya que al natural le faltaba rematar la embestida al animal. Un final por ajustadas manoletinas, dejándose llegar mucho al novillo, puso a los tendidos en pie. Pero dos pinchazos previos al estoconazo final redujeron el premio final a una vuelta al ruedo que tuvo sabor a premio cabal.