En la Sevilla que lo adoptó como uno más de los suyos, y partiendo plaza en albero de La Maestranza, el peruano Andrés Roca Rey lució por primera vez el capote de paseo que le obsequió el empresario y ganadero mexicano Juan Pablo Corona, hace casi dos años en la Ciudad de México.  

El hecho sucedió el sábado pasado durante el segundo de los paseíllos de Roca Rey en la Feria de San Miguel, en Sevilla, el cual es una bellísima obra de arte elaborada a mano por la maestra Nati, la sastra de los toreros, cuyo taller iniciado por su madre, ya tiene 80 años de haberse fundado.

El obsequio en cuestión tuvo lugar el 18 de diciembre del 2019 en la Ciudad de México y obedece al brindis del toro "Empanado" de Victoriano del Río, que el torero peruano le hizo a su entonces apoderado en México, a través de Casa Toreros, el 15 de junio del 2019 en Las Ventas de Madrid, durante la Feria de San Isidro.

El capote es de color verde botella y oro, y el dibujo de la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena es uno muy antiguo que la maestra Nati rescató de los archivos de su madre.

Isabel Natividad García Frutos dijo sentir una "gran satisfacción al ver al maestro Roca Rey liado en nuestro capote de paseo, además en la plaza de toros de Sevilla".

En entrevista realizada en diciembre de ese año, antes de la pandemia, la maestra Nati, distinguida con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes por parte del Ministerio de Cultura y Deporte, se había referido al empresario mexicano con estas palabras:

"Quiero darle las gracias al ganadero Juan Pablo Corona que se llevó tres capotes de paseo de mi exposición y que ahora están expuestos en su finca, lo cual me enorgullece. Esos tres capotes –dijo– tienen bordado de su propia mano a la Virgen de la Macarena (que fue obsequiado por el ganadero a Roca Rey), al Cristo de las Tres Caídas y a la Virgen de Guadalupe".  

El sábado pasado al fin, La Macarena vio la luz en su Sevilla taurina, y lo hizo de una forma tan garbosa, cubriendo la espalda y el pecho del torero peruano mientras cruzaba el albero de La Maestranza.