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Muere Curro Cruz, un valiente de los ruedos

Viernes, 09 Abr 2021    CDMX    Redacción | Foto: Archivo   
En estas semanas luchó por su vida con su característico pundonor
El matador Pablo "Curro" Cruz no consiguió ganar la batalla a las múltiples disfunciones de saluda que padecía, y hoy dejó de existir a las edad de 57 años, como consecuencia de un paro respiratorio, tras haber permanecido más de un mes en el Hospital de Especialidades de Tlalpan de la Ciudad de México.

Durante todo este tiempo, su esposa, la abogada y maestra Norma Torres, estuvo al pendiente de su delicado estado de salud, y también sus familiares y amigos, en semanas que han sido sumamente difíciles, tal y como la carrera de gloria y sangre que vivió este torero desde aquellas tardes en la que impactó al público de la Plaza México por su sólido valor y su entrega.

Pablo Cruz Carranza nació el 25 de enero de 1964 en la Ciudad de México, y desde edad temprana se contagió del llamado "mal de montera", pues su padre del mismo nombre, era un popular banderillero que militó en distintas cuadrillas. 

Llegado el momento, a principios de los ochenta, debutó como novillero y tras un tiempo actuando en cosos de provincia, muchas tardes como sobresaliente de rejoneadores, debutó en la Plaza México el 22 de julio de 1984. En esa tarde alternó con Manuel Lima y Eulalio López "Zotoluco", con novillos de La Laguna. El ejemplar de su debut, de nombre "Tiznado", le pegó una cornada que no le impidió terminar la lidia y dar una merecida vuelta al ruedo.

Reapareció en La México el 2 de septiembre con una novillada de San Antonio de Triana, y obtuvo un significativo triunfo el 11 de noviembre, cuando cortó tres orejas a los novillos de Los Cues que enfrentó esa tarde, que don Javier Garfias bautizó con los nombres de "Caminante" y "Zafiro". De hecho, éste último le infirió otra cornada. Desde aquella Temporada Chica, Curro Cruz dejó constancia de su valor y entrega.

Después de varios meses sin torear en México, volvió a hacerlo hasta el 5 de octubre de 1986, tarde en la que cortó una oreja a "Juan y Medio", de Sierra Ortega, y al domingo siguiente, el la novillada del Día de la Raza, repitió color, pero por partida doble, ya que desorejó a "Chispita", del hierro de La Gloria.

Tal y como solía hacerlo el doctor Alfonso Gaona con los triunfadores, repitió a Curro al domingo 19 de octubre, y otra vez el infortunio lo mandó a la enfermería con otra cornada, la que le pegó el novillo "Ojuelito", de Santoyo. La estela de triunfos y percances se repetía sin cesar, ya cuando se había convertido en uno de los novilleros más interesantes del momento.

El 30 de noviembre regresó al coso capitalino con una novillada de Los González, y, antes de que terminara el año, el domingo 14 de noviembre, un ejemplar de Los Martínez, paradójicamente bautizado como "Martinista", fue el causante de una nueva cornada en el mismo escenario, el de sus triunfos y sus desgracias.

Su relación afectiva con la afición de México siguió su curso, pues toreó el 4 de enero de 1987 un lote de novillos de la divisa de José María Arturo Huerta, y el 1 de febrero le tumbó una oreja a "Bordador" de Montecristo; y días más tarde, el 8 de febrero, cosechaba otra de "Juan Gaviota", de La Gloria, con la que cerraba así una larga y brillante trayectoria como novillero en La México, que incluyó el galardón del Estoque de Plata.

Tomó la alternativa el 26 de abril de 1987 en el coso de Insurgentes, en un cartel de mucha importancia, pues Manolo Martínez fungió como padrino de la ceremonia, en presencia de Jorge Gutiérrez. El toro de su doctorado llevó por nombre "Pareja Cumbre", perteneciente a la divisa de Begoña, que también lo mandó herido a la enfermería. Así sufría otra cornada, por enésima ocasión.

Por cierto, esta fue la primera de las últimas cinco alternativas que concedió Manolo tras su regreso a los toros, mismo que había tenido lugar un mes antes en la plaza "Santa María" de Querétaro.

El 12 de febrero de 1989, en la antigua plaza "Silverio Pérez" de Texcoco, sufrió una cornada muy grave en el muslo derecho. El pitón del toro de Amazcala atravesó hasta el glúteo cuando intentaba darle una larga cambiada a porta gayola. Este terrible percance, captado por el inolvidable artista de la lente, Armando Rosales "El Saltillense", lo dejó parado mucho tiempo y disminuyó considerablemente sus condición física tras las intervenciones a las que fue sometido.

Después de un gran esfuerzo por reaparecer, Curro volvió a torear en la Plaza México en una corrida que tuvo lugar el 29 de abril de 1990, en una de las dos corridas de oportunidad consecutivas, y tan polémicas, en las que actuaron un total de doce espadas, varios de los cuales no pudieron confirmar su alternativa, porque según las autoridades de la entonces Delegación Benito Juárez estimo que aquello iba ser un desorden con la cesión de trastos y toros. Al cabo de un tiempo decidió dejar de torear.

Andando los años consiguió estudiar una licenciatura en Sistemas Computaciones, y últimamente trabajaba en la Secretaría de Hacienda con el mismo entusiasmo y dedicación que siempre puso a su corta pero prometedora carrera taurina.

Sus restos serán cremados en el Memorial San Ángel este sábado en punto de las 16:00 horas, antes de que sus cenizas sean depositadas en una urna familiar en el Panteón Jardín.

Desde aquí enviamos nuestras condolencias a Norma, así como a su hermana Juana y sus sobrinos, especialmente a Tonatiuh, que también ha incursionado en los ruedos, por la lamentable pérdida del que fuera un carismático y valiente torero. Descanse en paz.


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