Como "una película de terror" califica Paola San Román la experiencia vivida hace algunos días en su casa de Querétaro, cuando la familia sufrió una fuerte explosión de gas que todavía mantiene a su abuela y su tía en el hospital, y a la espera de estar muy pronto con ellas, que desde el miércoles pasado por la noche ya está en su domicilio al que también hace poco arribó Ernesto, su padre.
"Lo que vivimos fue impactante porque parecía una película de terror con todo el fuego que teníamos alrededor. Mi papá reaccionó con mucha cabeza fría y se quitó la ropa, y eso evitó que se quemara, pero mi prima y yo no supimos qué hacer porque entramos en shock. Él se quemó también, pero menos grave, cuando fue a tratar de sacar a mi tía a mi abuelita del cuarto donde se encontraban, y lo cierto es que eso ayudo a que se salvaran", afirmó la matadora queretana.
El peritaje realizado tras este lamentable accidente, determinó que la explosión se originó debido a una fuga de gas en la secadora de ropa, de la que nadie de la familia se había percatado y fue en aumento silenciosamente hasta provocar la explosión, según refiere Paola:
"Cuando salimos de la casa ya había muchos vecinos con cubetas de agua, listos para tratar de apagar el fuego y socorrernos. De ahí fuimos enviados todos al hospital. En este momento (ayer por la tarde) están operando a mi abuelita, pues se encuentra muy delicada, en terapia intensiva. Espero que pronto pueda salir del hospital. Mi tía ha evolucionado poco a poco de las heridas que tenía, y ya está mucho mejor. Pero la situación estuvo muy crítica en los primeros días”.
Además de ese deseo de ver pronto recuperadas a su abuela y su tía, Paola espera que 2021 le traiga oportunidades a su carrera, pues se consideras una buena torera, que lleva ya más de 10 años en la profesión que tanto respeta:
"Espero que el año que comienza me abra las puertas de las plazas de toros. Me considero una torera que ha respetado la profesión, y a todos los compañeros; que se ha preparado con mucho esfuerzo y ganas de verse anunciada en los carteles, además de que me siento con la confianza de salir adelante. Quiero que la afición me reconozca y disfrute con mi toreo".
Desde que comenzó como becerrista, Paola no ha dejado de ser y sentirse torera todos los días de su vida, y luego de haber estado toreando novilladas durante varios años, llegó a la alternativa, misma que recibió en El Palacio del Arte de Morelia en mayo de 2015. Desde entonces ha tenido poca actividad en los ruedos, aunque en 2019 pudo torear con más frecuencia, y en todo este tiempo nunca ha dejado de prepararse en el campo, matando toros a puerta cerrada.
“Mi padre me ha apoyado incansablemente. Gracias a él he podido matar toros a puerta cerrada en el rancho, ahí donde mi abuelo, El Queretano, siempre está pendiente de darme consejos que tanto aprecio. En todo este tiempo no he dejado de entrenar, y me gustaría que el público me vea torear", pues la inmensa mayoría de la gente aún no me ha visto, y en dicho sentido represento una novedad".
Paola estaba considerada para actuar en el proyecto "México busca un torero". Sin embargo, una reciente enfermedad le impidió ponerse a punto para esta prueba, ya que los medicamentos que le había recetado el médico minaron mucho su condición física.
"Siempre me he considerado una persona seria y profesional, y como respeto tanto esta profesión, no me hubiera gustado presentarme al certamen sin estar al cien de condición física. Hablé con el matador Mario Zulaica para explicarle esta situación y fue comprensivo con mi caso. Espero que en un futuro cercano me puedan tomar en cuenta, ya que considero que tengo la capacidad suficiente para triunfar", afirmó con entusiasmo, y a la espera de recibir buenas noticias sobre el estado de salud de su abuela y su tía.