Espectro Taurino: Incongruencias estos tiempos
Sábado, 28 Nov 2015
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif | Opinión
El espacio de cada sábado
La suspensión de la corrida que iba a darse ayer en Torreón constituye un nuevo ataque gubernamental a la Fiesta, tal y como se han venido dando con mayor frecuencia en los países taurinos durante los últimos tiempos, fiel reflejo de una sociedad que manifiesta incongruencias entre lo que dice y lo que hace.
Hoy en día, y con mayor fuerza que en cualquier otro momento de la historia, los gobiernos pregonan la libertad en voz alta. Este mismo concepto es declarado en voz alta por prácticamente todos los seres humanos... pero del dicho al hecho, sigue habiendo mucho trecho.
"Proclamo la libertad de pensamiento, pero muera el que no piense como yo", frase que encaja perfectamente con la actualidad en amplios sectores de nuestro planeta. Y lo que no entre en la opinión de la mayoría, suele descartarse e incluso se ataca y pretende prohibir, muchas veces de manera demagógica.
Una verdadera democracia implica no solamente el respeto de las minorías, sino también no poner trabas a la libertad, siempre y cuando ésta no afecte la de terceras personas.
Y en el caso concreto de las prohibiciones al toreo, la actitud se parece más a una estructura dictatorial al no respectar la libertad en muchas de sus manifestaciones. Y lo anterior no solamente germina en los gobiernos, sino que es el pan de cada día en nuestra sociedad.
Basta verlo en cualquier ámbito de la vida, impregnada por la "intolerancia de los que se dicen tolerantes" ante las manifestaciones de lo que va contra lo "políticamente correcto" o lo que marca el "común denominador". Hay libertad, se dice, pero en la práctica no hay respeto por las ideas diferentes.
En los tiempos que corren debería de imperar una máxima que evitaría conflictos y generaría una mejor convivencia en pos de la libertad: "Puedo no pensar como tú... pero defiendo a muerte tu derecho de pensar como quieras".
Otra de las incongruencias más notorias de nuestros días es la tendencia genérica de emitir juicios sin conocimiento de causa. Y en este terreno caen muchos de los que se dicen antitaurinos, pues terminan condenando una actividad que no entienden y que ni siquiera se han preocupado en conocer.
Hablar y sentenciar es muy fácil; lo que verdaderamente implica responsabilidad es investigar, profundizar y conocer. Y así sucede en muchas situaciones y momentos de la vida, no solamente en lo que se refiere al tema de la tauromaquia.
Lo anterior tiene mucho que ver con el tema de los prejuicios; es decir, un "previo juicio". Es común que, por el miedo que éstos sean falsos o se "caiga el teatrito", no nos gusta investigar sobre determinados temas y preferimos mantener nuestra opinión, aunque pueda carecer de sustento.
A nosotros los taurinos nos queda defender nuestros derechos y pugnar siempre por el respeto. Y reitero, más allá del toro, siempre debemos proteger lo más valioso que tenemos, que es la libertad.
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