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Dicen en los mentideros taurinos...

Sábado, 03 Nov 2012    México, D.F.    Manola Cobas | Especial   
Rumores, chismes y un poco de humor con tono taurino

¡Prueba superada!

El debut de Arnulfo Martínez como juez de plaza en Guadalajara se saldó con una buena apreciación de los hechos, y salvo la pifia de ordenar la salida al ruedo del quinto toro de la tarde, cuando el tormentón ya estaba a todo lo que daba, supo premiar con justicia al toro de Torreón de Cañas que abrió plaza con un arrastre lento, sin dejarse influir de lo que horas antes había sucedido en el sorteo. Porque me dicen que el festejo estuvo a punto de suspenderse cuando el ganadero Julio Uribe Barroso dijo que si no lidiaba los cuatro toros aprobados por el juez, se llevaba enterita su corrida de regreso al rancho. Afortunadamente, la autoridad accedió. El ganadero tenía su punto de razón. Ojalá que las cosas sigan por buen camino en Guadalajara, donde ser empresario le ronca… y también juez de plaza, un trabajo que puede hacerse con cordialidad y mutua colaboración. Por el bien de la Fiesta.

Los botos, de ida y vuelta

El asunto de los botos camperos de Manuel Ríos, nuestro corresponsal en Ciudad Juárez, ha tenido su repercusión, y no era para menos después de que Eva Espinosa se quejó con lógica razón de lo que aquí escribí la semana pasada sin tener todos "los pelos de la burra" en la mano, pero es que entre chisme y chisme a veces no es fácil. Y desde luego que le doy derecho de réplica para explicar que los dichosos botos nunca llegaron a su destino porque estaba mal la dirección que le habían dado. La molestia de Manuel se tradujo en su clásico y reiterado gusto por hacer llamadas telefónicas importunando a Eva para reclamarle la mercancía, que finalmente sigue en Apizaco a la espera de que mi tocayo venga a vivir a Tlaxcala una vez que se jubile, según su anhelado deseo. Así tendrá unos botos "salidos de la aguja" para acudir a realizar sus reportajes de ganaderías. Hecha pues la aclaración, y rectificando, como decía el maestro Juncal, le damos la vuelta a la página del calzado.

Las chicas de la prensa

Desde hace algunos años a la fecha son varias mujeres las que se abren paso en el periodismo taurino. Y me alegro. No sólo por solidaridad con el género, sino porque la sensibilidad de la mujer encaja perfectamente bien en este noble oficio. Y lo han hecho más en la prensa hablada, concretamente en radio o televisión. Ahí está nuestra compañera Natalia Pescador en Zacatecas; o Marisol Fragoso en Radio Mil y, desde luego, la vehemente Anamari Miñón en Radio Red, hace largos años. El nuevo fichaje de Unicable es Miriam Cardona, del merito Aguascalientes, sí señor, que se ha sumado a las transmisiones de televisión de la Plaza México, al parecer en lugar de Carlitos Yarza. Y si en su tierra se le cerraron las puertas hace tiempo por un asuntillo harto complicado de explicar, ahora se le abren en la "capirucha". La vida es como un carrusel lleno de sorpresas. Así es que bienvenida a la "telera", Miriam, y que sea por largo rato, pues me han hablado muy bien de tu profesionalismo.

A la antigua usanza

El domingo pasado ocurrió un hecho que me recordó aquellas épocas martinistas, cuando el mandón de Monterrey sacaba cámaras de televisión de las plazas a su antojo. Y aunque ya no le podemos preguntar al finado Adiel Bolio, al cronista juarense le tocó vivir una escenita similar a la que padeció el colega Juan Antonio Hernández recientemente en La México. Resulta que fue tal la cólera del matador Enrique Ponce por el palo que le dieron Luis Niño de Rivera y el propio Torero en su programa México Bravo, con motivo de la corridita que lidió en la “Santa María” de Querétaro, que el maestro valenciano "sugirió" a sus amigos de la empresa que le negaran la entrada al callejón a las cámaras de TV Azteca. Cuando parecía que en este país se había superado el autoritarismo en contra de la libertad de expresión, parece que en los toros no cambia nada, y seguimos siendo tan "costumbristas" como tontos, muy en el aire de esos paletos de "escopeta y perro", como se dice por Toledo.

Toros faroleados

A media semana comenzaron a circular en mails masivos y redes sociales, unas fotos, al parecer clandestinas y tomadas de noche, de los toros de San Isidro que iban a lidiarse en Tlaxcala en la corrida que tuvo lugar el jueves pasado. Y vaya si le metieron caña al encierro, porque ahora con eso de las redes sociales la comunicación entre aficionados es más eficaz. Al final,  la presión popular se impuso y esta primera corrida de la feria terminó parchándose por su escasez de trapío, siendo de tres hierros distintos: Xajay (tres), San Isidro (dos) y Jorge María (uno). Por ahí también había un toro con el hierro de Los Ébanos que tenía los ojitos en blanco, como aquel sabio maestro de Kung Fu. Pobrecillos toritos, ya ni en la noche los dejan descansar, y mucho menos después de un viaje tan largo desde su natal rancho vecino de Aguascalientes.

¡Loco por marcrhame!

El que pasó un apurito regular el otro día fue el matador Guillermo Rondero, que por andar de café en café –como los toreros de otra época– y comiendo en cualquier parte, le vino un principio de pancreatitis que, afortunadamente, fue controlado en una clínica del Seguro Social de la Colonia del Valle, adonde recaló cuando se sintió que andaba tocado de la barriga. Se pasó dos días en "el hule" y cuando ya lo habían dado de alta se le presentó un problema inesperado: ¡No tenía ropa para salir del hospital! Sucede que sus acomedidos amigos, el matador Mario Sevilla y Manuel García, que pasaron a verlo, se la habían llevado para que la lavaran. Así que el pobre de Guillermo tuvo que esperar a que la ropa apareciera, una vez que ya había repetido hasta el cansancio aquella sabia frase de Chabola cuando se había hartado de estar en algún lugar determinado o en una corrida aburrida: "¡Hijo, estoy loco por marcharme!" Ánimo, Memo, y a cuidá la salú, que según dijo el filósofo es el único verdadero capital del ser humano.


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