Nació en el Barrio de Santiago el 18 de agosto de 1929, sus padres fueron don Eugenio Martínez, maestro impresor de “El Libro Mayor” y doña Ignacia Rocha; tuvo un hermano, Eugenio, y seis hermanas: Teresa, Consuelo, Concepción, Martha, Lupe y Rosa. El primer lugar que vio toros fue en la Plaza de La Constancia pues desde niño vivió en la Av. De La Paz y 16 de Septiembre. Y para variar su afición le viene de su madre y su abuela materna quienes los llevaron por primera vez a los toros.
Estudiaba en la escuela frente al jardín del Barrio y en el recreo se escapaba para ir a La Constancia a ver entrenar a los hermanos Leurin o a Manuel y a Ricardo Cervantes. Prefiriendo ir a la plaza que jugar con sus amiguitos y quien lo dijera que a los años ese sería su vida y profesión. Ya entrado en el ambiente comenzó a involucrarse ayudando en los corrales de la Plaza "El Paseo", llevando agua desde la Alameda hasta los corrales para los toros.
Y aquel jovencito dejo la escuela para dedicarse de lleno banderilleando en las pachangas y pueblos cercanos. Pero tenía que aprender la técnica, lo básico, lo esencial. Comenzó como el inicio de todos, soñando con la gloria de ser matador de toros y aun y cuando los palos se le daban mejor fue cuando conoció a don Juan Rivera “El Quemao”, que vivía en la calle de Nezahualcoyotl quien le dijo “tienes valor, pero si no aprendes un día de estos un toro te va a desbaratar”, y así se convirtió en su primer maestro, le hizo una parihuela y le enseño lo básico: agarrar los palos, caminar, andarle al toro y bregar.
Empezó sus andanzas de novillero, a los 15 años anduvo en las cuadrilla potosina de Geronima Pedroza, Tomas González, los hermanos Leurin, Juan y Gerardo Arredondo, Manolo Cervantes, los “Camonin”, pero a consejos del maestro Fermín Rivera decidió hacerse banderillero.
Aspirante de 1946 a 1952.
Corre el año de 1946 y aun y sin ganar dinero se mete a trabajar en el periódico El Heraldo, de ayudante de linotipista a “El Libro Mayor” y junto a su amigo Gabriel Meléndez “Coca-Cola” comienza a “correr la legua” en búsqueda del ansiado carnet de aspirante, sin dinero pero con mucha afición, el joven Gabriel se iba en autobús y Toño de ride para ahorrarse algo y comer más. Hasta que un día llegaron a México a las oficinas de la Unión de Banderilleros a buscar a Pancho Balderas en ese entonces Secretario quien para empezar a calar a los potosinos les mandaba a la estación de Buenavista a enviar petos y monturas a diferentes ciudades y a esperar el regreso de los mismos. Así se hicieron, así se lo ganaron, su carnet de aspirante. Cabe destacar que durante la gestión de Pancho Balderas en la Unión se lograron los mejores sueldos de entonces. 6 mil pesos grupo especial. Primer grupo 3 mil y segundo dos mil pesos. Con los españoles ganaba 6 mil pesos.
El 30 de agosto de 1942 el novillero Rafael Osorno realizó en la vieja Plaza de El Toreo la mejor faena de novillero alguno a Mañico de Matancillas, faena vista por el joven Toño pues al día siguiente cuando todavía no se le borraba la faena de la mente acudió a entrenar como todos los días a la Plaza de la Condesa y ahí llego la revelación Osorno, invitándolo a entrenar con él y su maestro, nada menos que Alberto Cosio “El Patatero”, banderillero de Gaona y maestro de Arruza, de Fermín Rivera, entre otros. Recuerda que lo primero que el viejo maestro Cosio le enseñó fue a agarrar un capote.
Pues por esa relación fue entonces que conoció al ya torero consagrado Carlos Arruza quien por su don de gentes y siempre apoyar a los jóvenes fue que recomendó y convenció a Jorge Contreras “Zacatecas” para que le dieran su carnet como aspirante a Toño en 1946 y así dura hasta 1952, pues antes solo los hijos de socios ingresaban a la Unión, o altamente recomendados.
Examen profesional, 1952
Y así de la misma manera y de palabras directas del matador Arruza a “Zacatecas” consiguió su examen y el mejor escenario para ello, la Plaza México. El cartel José Meraz, Antonio Galisteo y Gonzalo González, en la 4ª novillada de la Temporada el 8 de junio de 1952 con una novillada de Ernesto Cuevas, que era una corrida que se había quedado de la temporada anterior. No tenia traje ni avíos decentes para un examen digno en la capital. Gracias al banderillero de Arruza Ricardo Aguilar “Chico Pollo” por intermedio del matador Carlos le consiguió ropa: “te arrimas para que logres por lo que tanto has luchado: tu carnet de banderillero profesional”.
Esa tarde se examinaron don Toño y Felipe Bedoya “El Hielero”. “Imagínate en la puerta de cuadrillas los que tenia a mi lado “Güero Merino”, Rafael Osorno, Fernando López y el “Chato Guzmán” y don Felipe Mota. Al sonar el clarín anunciando el despeje de cuadrillas se me hizo un nudo en la garganta, era el miedo que sienten todos los toreros al enfrentarse a lo desconocido”
Lidio el primero de la tarde, "Presumido", por cesión del maestro Román “El Chato Guzmán” y le colocó el toro a don Felipe Mota dos veces, donde el varilarguero se lo había pedido, al pegarle el segundo puyazo y recibir las ovaciones, don Felipe le gritó: “cuenta con tu carnet muchacho”. Antiguamente se daba la alternativa
también a los banderilleros misma que le cedió el propio “Chato Guzmán” quien también lo saco al tercio. Además del jurado en el ruedo, en el tendido hubo otro: don Juan Pellicer, Samuel Solís y Heriberto García.
Debut profesional y carrera
Debuta el 4 de junio de 1952 en Nuevo Laredo, Tamps. con “Calesero”, Procuna y “El Soldado” con una corrida de don Lucas González Rubio. Duró con “El Soldado” hasta 1953, bajo la consigna tan sabia de “Toño, siempre he tenido buena mano con los banderilleros. Espero que tu no seas la excepción” traía a Velázquez, Casillas, Pascualet.
Con el matador Luis ganó su primer sueldo de 750 pesos, después siguió con Luis Procuna, Fermín Rivera, Raúl Contreras “Finito”, Joselito Huerta, las ultimas con “Cagancho”, Juanito Posadas. Y a base de tesón logro entrar al grupo especial a lado de banderilleros como Juan y Zenaido Espinosa, “Güero” Merino, Vicente Cárdenas “Maera”, “Chute” Meléndez.
Toda la campaña de novillero de Manolo Martínez y sus tres primeros de matador, con Gastón Santos duró siete años, Curro Rivera, Eloy Cavazos, Antonio Lomelin, Joaquín Bernado, Ostos, Damaso, “Paquirri”, “El Soro”, “Yiyo”, “Espartaco”, Manolo Dos Santos y Álvaro Domeqc y “Nimeño II”.
Problemas sindicales, siempre viendo por su Unión
Por deudas anteriores de la empresa de la Plaza México comandada por Ángel Vázquez con la Unión desde la temporada de 1963-1964 y ante la negativa de pagar y menos firmar un contrato colectivo decidieron no actuar los miembros en esa Temporada. Sin contar con ellos, Ángel Vázquez y Manolo Chopera, apoderados de Camino y otros europeos, agruparon cuadrillas libres entre picadores de ganaderías y matadores de toros y españoles que harían las labores en las corridas sin dar problema a la Empresa.
Esto provoco la molestia de todo el gremio y el día de la 4a de la Temporada, el domingo 3 de enero de 1965 se anuncio la presentación de la ganadería de Javier Garfias que torearían Victoriano Valencia que confirmaba, Huerta y Rangel. Todos en la Unión se pusieron de acuerdo para no permitir la farsa de festejo y la burla hacia ellos. Para empezar no se les acepto el carnet y tuvieron que pagar su boleto; aprovechando el minuto de aplausos por la muerte de Antonio Campos “El Imposible” días antes, fueron bajando los tendidos del coso máximo, hasta que al sonar el clarín para la salida del picador, Gabriel Márquez que venía con Valencia, cuál sería la sorpresa que solamente se bajaron al ruedo don Toño, Ezequiel Galván “El Satre”, Felipe Bedolla “El Hielero”, Israel Vázquez y Agustín Salgado “Muelon”. Ya abajo no les quedaba otra, o hacer el ridículo o dar la cara, y así lo hicieron.
Entre trompadas y jaloneos lograron bajar al piquero del caballo. Y llevados a la Sexta Delegación donde en la noche fueron liberados por el Juez quien pensando que “eran unos borrachos que se habían liado a golpes en la Plaza” los dejo libres sin imaginarse el sainete que se había armado en “la México”. Unos durmieron y otros huyeron de la Ciudad pues sabían que se iba a poner grave la situación y así fue, al día siguiente ya los estaban esperando en las Oficinas de la Unión de la Calle De Gante agentes de la policía para llevarlos a la Regencia capitalina donde el “Regente de Hierro” Ernesto P. Uruchurtu estaba indignadísimo por el escándalo en el que México había caído.
Ahí y frente a las cámaras de televisión y prensa nacional los miembros de la Unión encabezados por Pancho Balderas manifestaron la situación que estaban sufriendo y por ordenes del Regente capitalino se les dio 24 horas al picador Gabriel Marque y a Manolo Chopera que abandonara el país y a la Empresa o que se arreglara con la Unión o se suspendía la Temporada. Y la Temporada siguió.
Antonio Martínez, el hombre.
Casado con María de los Ángeles Meléndez Meléndez en 1968, hermana de Gabriel Meléndez “Coca-Cola” y padre de dos niñas, María Eugenia y Alejandra. Profesionistas. Con 4 nietos.
Despedida y recuento.
Obtuvo más de cinco trofeos.
Sufrió cinco cornadas, una en San Luis, otra en Monterrey, donde le atravesaron el brazo izquierdo, otra en San Miguel El Alto, Jal., en el coxis y recto, y otra en Autlán, Jal.
Apoderó a Rodrigo Santos, Paco Dodoli, Rafael Gil “Rafaelillo” y a Jorge Carmona.
En enero de 1990 por acuerdo de la asamblea de su agrupación se aceptó su retiro y se tramitó su finiquito.
Se retiro en la Plaza México el 11 de agosto de 1991 en la 16a Novillada de la Temporada con una novillada de La Misión lidiada por Arturo Velázquez “Talin” con el que salió colocado y con el que lidió su ultimo enemigo en el coso máximo, de nombre "Mayoral" y 440 kilos; alternaron también Jesús Pérez “El Madrileño” y Arturo Manzur.
En San Luis Potosí el 24 de agosto de 1991 en la cuadrilla de Curro Rivera que alternaba con David Silveti y Guillermo Capetillo, con toros de Curro Rivera.
Los que siempre le aconsejaron: “Chute” Meléndez, don Juan Rivera “Quemao”, Pascual Navarro “Pascualet” y Rafael Osorno.
Continuó haciendo ejercicio físico y entrenado, constancia que siempre le tuvo en muy buena condición. Y además formo parte del palco de la Autoridad de San Luis y otras plazas como asesor técnico, todavía hasta el mes de agosto del 2013.
Además, como maestro de generaciones de jóvenes que se acercaban para abrevar de su experiencia y como maestro titular de la Escuela Taurina Potosina de Arte y Cultura.
Por problemas médicos ingreso al hospital el día 12 de diciembre complicándose su situación médica, dando como resultado que “partiera plaza” hacia el “coso máximo” en la noche del día 1 de enero de 2014.
Recuerdo de manera personal que al hacerle una entrevista para un homenaje que la Peña Taurina “Los Tres Tercios” le realizara, enfático resalto algo que un torero expresa cuando su azarosa vida termina en los ruedos, pero que sigue sintiendo en su vida diaria:
“…aparento tranquilidad, aunque por dentro se siente raro uno, lo bueno es que toda mi vida he realizado ejercicios y la condición física te da mucha seguridad, pero conforme pasan los años las facultades se acaban, con esto va creciendo aún más el miedo…”.
A fin de cuentas el miedo de un hombre…
…el miedo de un torero,
…de un torero de verdad.