En lo que fue la última corrida de feria, la afición leonesa además de registrar una inmejorable entrada, ha presenciado una verdadera lluvia de orejas, en ese sentido el señor juez, tal vez todavía emocionado por la histórica corrida del sábado, otorgó cuatro orejas a Pablo Hermoso de Mendoza, dos a Fermín Spínola y una a Sergio Flores. Al final del festejo solo el tlaxcalteca se quedó sin salir a hombros.

Como habitualmente lo hace, Pablo Hermoso de Mendoza ha dado una tarde muy agradable, con el primero de su lote, el rejoneador navarro templó la embestida de su enemigo, utilizando a "Dante", "Ícaro" y "Pirata" estructuró una faena llena de detalles en los que el binomio fue muy aplaudido tras dejar el rejón de muerte con atingencia recibió como premio las dos orejas.

El quinto de la tarde fue un astado poco adecuado para el lucimiento del caballero, no obstante el de Navarra utilizando toda su experiencia logró lucir a lo largo del ruedo, por momentos y montado en "Manolete" ejecutó vistosos quiebros en los que los pitones de su enemigo pasaron muy cerca del corcel.

Para finalizar su actuación montó en "Habanero", para con mucha facilidad ejecutar esas vueltas que tanto le han redituado. Con el rejón de muerte no fue del todo ortodoxo, sin embargo la autoridad concedió dos trofeos.

Fermín Spínola es un diestro que tiene una peculiar forma de hacer el toreo y hoy no fe la excepción, con el que abrió plaza proyectó algunos momentos de calidad, previo a su faena cubrió el segundo tercio con mucho lucimiento. Su labor con la franela fue muy sólida, ello no obstante a la incierta embestida de su enemigo, después de oficiar correctamente con el acero fue estimulado para saludar en el tercio.

El cuarto de la tarde tuvo emotividad y por ello Spínola lanceó con estética, después de hacer un quite volvió a tomar los palos para cubrir el segundo tercio con gran espectacularidad. Con su muleta diseñó una faena por el lado derecho en la que, poco a poco fue metiendo al festivo público de León.

Para finalizar su labor, se cambió la franela a la mano izquierda y dimensionó algunas series al natural, se fue tras el acero y acabó eficientemente con el de San Isidro alcanzando con ello el premio de las dos orejas.

El joven Sergio Flores poco a poco va adquiriendo su personalidad torera, y es que debemos recordar que apenas lleva algunos meses como matador de toros, con su primer enemigo lanceó elegantemente a la verónica, realizando además un ajustado quite.

En un gesto de compañerismo brindó a Juan Pablo Sánchez y a Arturo Saldívar, diestros que recibieron un cariñoso aplauso de la concurrencia. Lamentablemente cuando recién iniciaba su trasteo por el pitón derecho, el astado derrotó con tal fuerza que lanzó al joven por los aires, mientras los brindados y la peonería acudían en su auxilio, el astado se ensañaba con él.

Maltrecho y después de recibir algunas atenciones Flores regresó para con gran raza seguir toreando con prontitud, con un visible golpe en la pierna izquierda se tiro a matar y logró cortar una meritoria oreja.

Ya repuesto del duro golpe salió para lidiar el último de la corrida y por ende de la feria, aunque sin materia prima del todo adecuada, el diestro de Tlaxcala trató de agradar en todo momento destacando por sobremanera estéticas tandas por el pitón derecho. Después de una faena pundonorosa se fue tras el acero sin los efectos deseados, por ello el entusiasmo se diluyó y no llegaron los trofeos.