En el día grande de su feria, la afición del bajío ha presenciado un verdadero agarrón entre los hidrocálidos Juan Pablo Sánchez y Arturo Saldívar, ello sumado a impresionantes detalles de Morante y una digna actitud del rejoneador Emiliano Gamero, han dado como resultado un interesante festejo. Ante astados de la dehesa de Begoña, al final de la tarde los de Aguascalientes salieron a hombros de los aficionados.
Saldívar enfrentó el compromiso de León evidentemente mermado de facultades, pues el percance en Moroleón fue apenas hace algunos días. No obstante a lo anterior el espigado torero dejó claro que hoy por hoy mantiene un excelente nivel y aunque durante su primero no pudo lucir debido al poco juego que dio el de Begoña, inevitablemente fue reconocido por los aficionados.
Con el último de la tarde y cuando parecía que su coterráneo se iría por delante, Saldivar ha confeccionado una faena verdaderamente increíble en la que, los lances de recibo se caracterizaron por su dimensión, acto seguido ejecutó el único quite de la tarde.
Su labor con la muleta fue de menos a más ya que con la franela en la mano derecha proyectó varias tandas que fueron aquilatadas por un público que estuvo siempre al pendiente del joven diestro. La cúspide de la faena fue cuando, dándole los terrenos de las tablas a su enemigo arrancó muletazos en los que por momentos se olvidó del cuerpo hasta ver al público entregado precisamente por su entrega.
Fueron sólo centímetros la distancia entre de los pitones y los muslos de Saldívar, incluso en las ajustadas dosantinas pareció que alguna lentejuela fue arrancada, como colofón de esta emotiva actuación el de Aguascalientes se fue tras el acero sepultando el estoque hasta la empuñadura, para con ello, además de los máximos trofeos, conseguir el reconocimiento de un entregado público.
Juan Pablo Sánchez recién ha llegado del Viejo Continente y tal parece que ello no le ha afectado en absoluto, hoy en León, el diestro de dinastía por momentos también alcanzó un toreo de altos vuelos. El primero de su lote presentó una embestida descompuesta, misma que fue ahormada por el menor de los Sánchez para, acto seguido, correr la mano con lentitud y temple, con lo cual se echó a la bolsa a los aficionados que admiraron tan importante trasteo.
Cuando es astado se vino a menos, Juan Pablo se montó en el sometido burel, poniendo con ello el dramatismo en la plaza. Para finalizar su labor ofició correctamente con el acero y por ello cosechó dos orejas.
Con el quinto del festejo y ya con la tarde casi a punto de apagarse, Juan Pablo Sánchez ha salido a repetir su triunfo y aunque no alcanzó las dos orejas, logró cosechar un trofeo, esto último ya que cuando el toro se lo permitió nuevamente dimensionó ese toreo de lentitud y pulso que hace emerger lo que se conoce como temple y el cual por cierto impacta a los espectadores.
Antes de ejecutar una certera estocada, el de Aguascalientes se plantó en la zona de la querencia para arrancar muletazo que rayaron en la temeridad y en los que alguna gente cercana al diestro que presenciaba la escena desde el callejón contuvo la respiración. Al final de su labor recorrió el ruedo con una oreja.
No cabe duda que la garra, el empuje y la determinación que imprimen tanto de Juan Pablo Sánchez como de Arturo Saldívar alimenta a nuestra Fiesta y con ello se dimensiona al toreo mexicano.
Morante de la Puebla ha tenido una actuación muy digna en León; con su primer enemigo logró detalles dignos de los grandes pinceles de la tauromaquia y es que cuando el sevillano abre el compás toreando a la verónica da la impresión que el tiempo se detiene; gotas de arte puro. Lamentablemente y tras dejar en la retina varias tandas por el derecho, el marismeño se puso pesado con el acero y se retiró escuchando las palmas de reconocimiento.
El cuarto de la tarde no fue un toro fácil ya que desde su salida denotó un defecto de la vista, sin embargo Morante volvió a interpretar el lance fundamental del toreo con el sello particular cargando visiblemente la suerte.
Contrario a lo que dice, al ver las malas condiciones de su enemigo el diestro español realizó una faena en la que literalmente se peleó con el astado logrando arrancar muletazos de enorme exposición y arte. En una palabra el de la Puebla demostró que también posee los arrestos para realizar una faena de valentía, esto último por la breve distancia entre sus muslos y los pitones. Desafortunadamente volvieron las fallas con el acero y con ello se esfumó la posibilidad del premio, no obstante el público lo obligó a saludar una ovación.
El rejoneador capitalino Emiliano Gamero ha tenido una actuación interesante y un tanto desafortunada ya que el astado al que debía de lidiar, prácticamente de salida se quebró el pitón izquierdo al rematar en un burladero, por ello y a pesar de la calidad del burel fue sustituido por un astado menos potable.
Con una cuadra basada en "Volcán", "Buendía" y "Chicuela", el joven rejoneador trató de agradar al público leonés; los mejores momentos fueron con "Chicuela" una yegua tordilla mosqueada que heredó las habilidades de su ilustre antecesor. Al final de su actuación fue estimulado con las palmas.