Banners
Banners
Crónica Reciente

Mucho viento y pocas emociones en Texcoco
Domingo, 29 Mar 2009 | Texcoco, Edomex.
Fuente: Jorge Raúl Nacif / Enviado
      

Con mucho viento y pocas emociones se desarrolló la novillada de feria en Texcoco, en la que Jaime Ruiz mostró empaque y buenas maneras e Hilda Tenorio dejó detalles muy toreros, mientras que César Ibelles reveló que tal vez lo suyo no sea la tauromaquia.

Jaime Ruiz enfrentó en primer lugar a un bello cárdeno claro que tuvo recorrido y emotividad. Desafortunadamente el viento molestó mucho, pero el joven diestro se sobrepuso y con un ambición que no le cabía en el cuerpo se puso en terrenos comprometidos y consiguió buenos momentos, sobretodo al torear con la izquierda.

En un descuido, el viento lo descubrió y se llevó una fuerte voltereta de la que salió con un puntazo el glúteo izquierdo, pero sin mirarse la ropa se levantó Ruiz y, como un león, siguió enfrente de la cara de un novillo que comenzó a desarrollar sentido.

De no haberlo pinchado se pudo haber llevado una oreja, y lo que debió ser un triunfo se convirtió en un silencio respetuoso después de dos avisos, pues el novillo se le hizo de hueso a la hora de ejercer con la toledana.

Se segundo llegó totalmente aplomado le tercer tercio, por lo que Jaime poco pudo hacer, aunque eso sí, dejó muy en claro que tiene cualidades y una afición desmedida como para pensar en ser un torero importante. En este novillo también se llevó un feo arropón al torear de muleta.

Hilda Tenorio se impactó con la fiereza y el trapío del cuarto de la tarde, por lo que le ordenó al picador darle tres puyazos. Aún así, el astado llegó con el hocico cerrado y conservando fuerza al tercio final.

Pese al ventarrón, Hilda logró acomodarse con la izquierda y ligó dos buenas series al natural, que fueron quizá los momentos más toreros de la función. Sin embargo no logró redondear y el bravo astado se fue a desolladero con las orejas en su sitio.

El primero de su lote salió al ruedo arrastrando la pata trasera izquierda, la cual permanecía doblada como si estuviera fracturada. En un acto extraño, el juez de plaza Gilberto Ruiz Torres no lo cambió, sino que lo dejó en el ruedo y lo pasó con un solo par de banderillas. ¿A qué se debió este atropello? Quizá no había sobreros en los corrales, pues de otra forma esto no se explica.

Hilda no tuvo más que darle dos muletazos por la cara y estoquearlo, ante la sorpresa y el enojo de un público que jamás comprendió el por qué el novillo no fue devuelto a los corrales y sustituido por otro.

Seguramente César Ibelles no recordará con agrado este festejo. Con su primero mostró algunas buenas maneras pero dejó ver que aún está sumamente verde y que le hace falta el oficio, llevándose una fea voltereta de la que salió ileso.

Con su segundo vino la hecatombe. Vamos, el novillo no era una perita en dulce, mansurroneó, pero tampoco se comía a nadie, y César le pegó un zapateado; trapazos sin ton ni son y sin fijar las zapatillas, y lo más grave, no tuvo esquina, como se dice en el box. Claro, no es fácil estar ahí, y muchos no podríamos plantarnos frente a un toro de lidia, pero también hay un nivel taurino.

En esto de los toros el público muchas veces tiene la razón, y no fueron de a gratis los gritos de “¡chavo, métete de cervecero!”, o “¡mejor estudia!” que le tributaron los aficionados. César debe replantearse seriamente su carrera, pues estando como estuvo hoy, vendrían escasísimas oportunidades.

Ficha
Novillada de Feria en Texcoco. Un cuarto de entrada en tarde con viento. 6 novillos de El Vergel, muy bien presentados y de juego desigual. Pesos: 420, 410, 430, 440, 390 y 415 kilos. Hilda Tenorio (lila y oro): Silencio y ovación. Jaime Ruiz (azul marino y oro): Silencio tras dos avisos y palmas. César Ibelles (salmón y oro): División de opiniones y pitos tras dos avisos.
Comparte este contenido en Facebook y Twitter
twitter    Facebook