Desde el barrio: Alternativas de futuro
Martes, 06 Mar 2012
Madrid, España
Paco Aguado | Opinión
La columna de este martes
Después de un largo invierno de luchas intestinas, de rumores, de declaraciones cruzadas, de verdades a medias y de silencios clamorosos, la polémica ya deja paso a la lidia. En España la temporada ya está en marcha.
El fin de semana en Olivenza ha sido el verdadero pistoletazo de salida, más allá de las anecdóticas ferias del frío madrileño. Y la mecha, la corrida del Día de Andalucía en Sanlúcar de Barrameda, donde tomó la alternativa un gran proyecto de torero que se llama David Galván. El aficionado, y la prensa, empiezan a hablar de toros.
La reaparición heroica de Juan José Padilla en el coqueto ruedo oliventino ha copado las portadas y los espacios de decenas de medios de comunicación no sólo españoles. Y un hecho como ese, la lección de pundonor y superación humana que ha dado el torero de Jerez, ha hecho más por la defensa de la Fiesta en dos días que todas las luchas internas de los últimos meses.
Esas portadas con el "pirata" Padilla a hombros de sus compañeros reflejan la grandeza de unos hombres y de un espectáculo que necesitan mejores gestores y altavoces para reivindicar su autenticidad en este siglo de lo virtual. Porque aquí, por encima de problemas puntuales, sigue reinando la verdad.
Por ahí, por defender la buena imagen del toreo, deben ir primordial y urgentemente los esfuerzos de todos, y por promover un funcionamiento ético del espectáculo que prime el esfuerzo de quienes se juegan la vida y tiran de las taquillas, ahora amenazados de quedarse fuera del juego de idolatrías que impone la sociedad de consumo.
En ese sentido, hace tiempo que el escalafón español no se renueva al estilo, por ejemplo, del mexicano, donde las esperanzadoras novedades de las últimas temporadas están haciéndose con un hueco importante en la estima de los aficionados. En España, en cambio, seguimos dejando en manos de matadores con más de quince años de alternativa el peso de la temporada o, de repente, decidimos recurrir a una curtida segunda fila en la que no es oro todo lo que reluce.
Pero no conviene nunca perder de vista a quienes pueden representar la necesaria renovación. Y en este momento, después de unos años sin que surgieran novilleros con verdadero interés, por fin podemos decir que nos hallamos ante una gran generación de chavales preparados para tomar el relevo de unas figuras ya demasiado gastadas.
Aunque pocos parezcan tenerlos en cuenta, y menos que nadie las empresas, nombres de tan reciente alternativa como los de Saúl Jiménez Fortes y el mismo David Galván, o los de los mexicanos Arturo Saldívar, David Silveti y Juan Pablo Sánchez, o de novilleros como Sergio Flores y Álvaro Sanlúcar se divisan como claros aspirantes a liderar los escalafones apenas en el paso de un lustro.
Todos ellos tienen un concepto puro del toreo, sin concesiones demasiado "técnicas", sin recursos defensivos o una excesiva voluntad de apabullar a los toros, virtudes encontradas en los mejores referentes y que les dan precisamente esa esperanzadora proyección.
Pero cualquier que conozca un mínimo el paño sabe que esas cualidades solo explotarán con un rodaje suficiente y bien administrado, con una mínima atención por parte de unas empresas y un taurinismo que han de pensar por una vez, y ahora más que nunca, en invertir en futuro.
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