Justo donde tomó sus últimas fotografías hace apenas 16 días, el fotógrafo taurino Armando Rosales "El Saltillense" recibió este lunes un homenaje póstumo por parte de familiares, amigos y aficionados taurinos, que le dieron el último adiós.

La plaza Fermín Espinosa "Armillita" recibió a mediodía a cientos de personas que honraron la memoria del ilustre artista de Saltillo, también matador de toros, quien falleció el sábado pasado. El féretro del Saltillense fue cargado en hombros por sus hijos y por algunos de sus más amigos cercanos y fue paseado por el ruedo del coso taurino local, entre aplausos y gritos de "torero, torero".
 
Después de la misa de cuerpo presente en la iglesia del Perpetuo Socorro, los restos mortuorios del octavo torero coahuilense en recibir su alternativa fueron trasladados a la plaza donde además se colocará una placa y se bautizará un burladero del callejón, destinado para fotógrafos, con el nombre de Armando Rosales "El Saltillense".

Además de sus amigos, familiares y amantes de la tauromaquia, se dieron cita distinguidas personalidades en el patio de cuadrillas de la plaza, como el cronista de la ciudad, Armando Fuentes Aguirre "Catón", quien dirigió unas sentidas palabras para el destacada fotógrafo.

"Los artistas nunca mueren", dijo Catón, quien destacó la labor del artista gráfico de más de 40 años y que hizo sonar el nombre de Saltillo por todo el mundillo taurino. Rosales Gámez estuvo presente en la última corrida de la temporada, el pasado 26 de noviembre, pero a la siguiente semana tuvo que ser ingresado a la Clínica 2 del Seguro Social por otra complicación hemorrágica, producto de las afecciones gástricas que padecía.

Luego de permanecer varios días en el nosocomio, su salud empeoró y el sábado pasado, a las 14:00 horas, dejó de existir, dejando a sus hijos Armando, Pablo y Teresa Guadalupe, así como a su esposa Teresa Rodríguez.

El pasado 24 de agosto, el Ayuntamiento de Saltillo, a través de la Dirección del Deporte, rindió un homenaje en la Casa Purcell a Rosales Gámez, justo el día en que cumplió 63 años de edad.
 
Al terminar ayer el homenaje en la plaza, sus restos fueron llevados al panteón Santo Cristo, para concluir así con el último capítulo de uno de los mejores fotógrafos taurinos del mundo, orgullosamente saltillense.