Espectro Taurino: Vivir en torero
Sábado, 05 Sep 2015
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif | Opinión
La columna de cada sábado
Interesante a más no poder fue la charla que sostuvimos el día de ayer con Gerardo Gaya, en el marco de la celebración de la Peña 432, y el tema de la defensa de la Fiesta salió a relucir a propósito del ambiente tan denso que actualmente existe en contra de la tauromaquia.
El matador Gaya argumentaba que, junto del principio de la defensa de la libertad, se encuentra el hecho mismo del estilo de vida que representa el toreo. Ser torero, decía, es mucho más que ponerte frente a un toro los días de corrida; es todo un estilo de vida... y eso, nadie te lo puede quitar.
Y en este sentido, recalcaba que los valores del toreo son trasladados a la cotidianeidad. De esta forma, vivir en torero es superar todos los obstáculos que se presentan y sobre todo vencerse a sí mismo cada día, es hacer nuestras labores diarias con la mayor verdad posible, es expresar en favor de los demás todo aquello que guarda nuestro interior
Nos queda claro que vivir en torero va mucho más allá del ruedo. Y partiendo de esta base, reflexionamos después sobre el comportamiento que tienen, o podrían tener, todos aquellos que son profesionales del toreo. Ellos deben ser y sentirse toreros siempre, aunque no sea día de corrida, a pesar de no estar vestidos de luces.
Charlábamos también sobre la forma tan cruel en la que juzga la sociedad actual, y lo hace hasta caer en el absurdo. Y cabe este calificativo porque se otorgan sentencias contundentes sin haber siquiera analizado las situaciones. La ignorancia manda y rige; el "borreguismo" está a la orden del día.
Para muestra basta el "botón" de las redes sociales, espacios virtuales que se han convertido en el ámbito perfecto para el bajo debate, el insulto oculto en el anonimato y el juzgar sin conocer, repitiendo machaconamente lo que otros dicen, pero sin pensar ni profundizar.
Nuestra sociedad es cada vez más pasiva, aunque ésta diga lo contrario. Y lo es porque no investiga, porque no estudia mayormente e impera la llamada "ley del menor esfuerzo"... salvo honrosas excepciones
A veces olvidamos que todo derecho conlleva una obligación o responsabilidad. En este sentido consideramos que, para opinar de un tema, éste debe conocerse al menos mediadamente; de lo contrario, carecemos de bases y nuestra opinión será, cuando menos, vacía o incompleta.
Una vez conociendo los temas puedo manifestarme a favor o en contra, pero nunca antes. Y una vez estando en contra, haciendo uno de mi derecho, no puedo en lo más mínimo intentar prohibir nada a nadie. Nuestra libertad termina donde empieza la de los demás... tan fácil y tan difícil.
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