El mundo y la vida están cargados de situaciones sorprendentes y cambiantes, en las que no caben las posturas radicales, ni las verdades absolutas; pues antes o después, el equilibrio recupera su espacio reclamando y reconstituyendo lo despojado a través de lógicos procesos o de inesperados caminos;  más si se trata de la coerción de los valores fundamentales del hombre como la libertad y la justicia.

Hace más de dos años el Ecuador fue sometido a un ilegal como absurdo acto político a través del cual se buscó eliminar los espectáculos taurinos a partir de la supresión del último tercio de la lidia, la propuesta gubernamental no contó con la inmensa respuesta popular que negó la prohibición en 95 municipios del país que contaban con tradición taurina, el apretado triunfo gubernamental en Quito representó, un año más tarde, la suspensión de la prestigiosa Feria Jesús del Gran Poder.

El hundimiento del buque insignia de la fiesta de los toros en el Ecuador, de manera alguna comportó la claudicación de los actores taurinos y mucho menos, la contracción del número de festejos.

El caso es que el Ecuador taurino vive desde hace dos años un asombroso proceso de revitalización y crecimiento, manifestado en las decenas de espectáculos que se montan en prácticamente todas las localidades en las que se desarrolla el espectáculo de manera íntegra; el ataque a la fiesta, al cabo del tiempo encontró una emocionante respuesta en la multiplicación de las funciones y sobre en una sorprendente mejora cualitativa de las combinaciones de toros y toreros.

Plazas consideradas de menor jerarquía se han decidido a dar el gran salto y diseñar ferias interesantes que –como nunca antes– incluyen los nombres de figuras del toreo mundial; determinando que aficionados propios y forasteros asistan en interesante número a sus tendidos.

Ya sucedió el año pasado con los sonados ciclos de Ambato, Riobamba y Latacunga, ahora a estos tres enclaves se suman localidades como Tanicuchí, Tambillo, Machachi, Cajabamba, Salcedo y Pujilí; que programan para las próximas semanas corridas con marca de gran suceso, pues en ellas actuarán lo mejor de la coletería local junto a prestigiosos lidiadores europeos.

En orden cronológico cabe señalar que el día sábado 10 de agosto se realizará en la población de Tanicuchí ubicada a una hora al sur de Quito, una corrida de toros extraordinaria que acartela al matador de toros español Juan Diego en mano a mano con el espada ecuatoriano Martín Campuzano, lidiando un muy serio lote de toros con los hierros de Peñas Blancas y Santa Coloma.

Más adelante se prevé que en Salcedo se presente el legendario Dámaso González y el joven Alejandro Esplá actuando con la indispensable cuota de toreros nacionales.

En el mes de noviembre Latacunga lleva a cabo dos sucesos taurinos que agrupa en dos corridas a los binomios Juan José Padilla y Julián López "El Juli" la tarde del viernes 29 y a Enrique Ponce frente a David Fandila "El Fandi" el sábado 30, en los dos festejos se correrán reses de Huagrahuasi y Triana.

El mismo sábado arrancaría en Tambillo, pequeño pueblo ubicado en el municipio de Mejía, apenas a 20 minutos de Quito, un ciclo de seis corridas de toros y una novillada, para cuyo efecto se montará una plaza portátil con capacidad para cinco mil personas; el promotor de la feria anuncia a una importante nómina de estoqueadores compuesta por Sebastián Castella, José Mari Manzanares, Alejandro Talavante, David Mora, Juan Bautista e Iván Fandiño; los mexicanos Joselito Adame y Diego Silveti; el novillero Posada de Maravillas y el local Gabriel Cevallos, así como del rejoneador español Manolo Manzanares y el colombiano Juan Rafael Restrepo.

En materia ganadera se anuncia la lidia de 5 encierros procedentes de Colombia; como característica especial se informó que los carteles serán seis mano a mano, pese a que aún no se hacen públicas las combinaciones, se anticipó que tanto Manzanares como Talavante actuarán en dos tardes.
Hacia los primeros días de diciembre también se prepara la realización de los ya tradicionales festejos en la Plaza Belmonte de Quito, alrededor del pintoresco festival nocturno dedicado a la Virgen de la Esperanza de Triana.

A esta valiosa agenda, deberán agregarse un grueso número de corridas de menor cuantía que se desarrollarán en pueblos y ciudades del Ecuador Taurino.

El caso es que aquellos que trataron de imponer su extraña cosmovisión, hoy se mirarán unos a otros tratando de entender el porqué de esta eclosión taurina, nosotros lo tenemos claro.