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La actuación de Flores ante la prensa española

Martes, 24 May 2011    México, D.F.    Redacción | Foto: Juan Pelegrín | las-ventas.com   
El mexicano unifica criterios entre los periodistas locales

A continuación les presentamos varios de las opiniones que la prensa española del día de hoy ha vertido sobre la actuación de Sergio Flores del día de ayer en la plaza de Las Ventas de Madrid, donde se aprecia que el tlaxcalteca unificó criterios.

El País: "Un francés, un mexicano y un español" (Antonio Lorca)

"Flores
nació en la ciudad mexicana de Talxcala, y no hay que verle la cara para concluir que es de ese pueblo; le acompañan unas maneras excelentes, amén de un valor sin cuento. Lució más con el capote que con la muleta y realizó la suerte suprema como mandan los clásicos: con la izquierda; es decir, echando la muleta a la cara de los novillos y hundiendo el estoque hasta la empuñadura.

"Sorprendió el mexicano con unas hondas verónicas a su primero, ganando terreno en cada una de ellas, y afianzó la buena impresión con unas ceñidas chicuelinas; confirmó su buen gusto en los inicios de la faena de muleta con muletazos muy bien trazados. Pero lo bueno duró poco, por la rápida caducidad del novillo y todo perdió la necesaria intensidad. Tobillero resultó el quinto, que se revolvía en un palmo de terreno y lanzaba gañafones de miedo. No se asustó aparentemente el muchacho y lo mató de una buena estocada".

El Mundo: "Sergio Flores quiere ser torero" (Zabala de la Serna)

Gratísima imagen dio el novillero Sergio Flores. Se los pasa muy cerca. Concepto y valor, de hacer las cosas por abajo. El novillo empezó mejor de lo que terminó. Derribó con estrépito a Sandoval, que agarró un par de puyazos haciendo la suerte. Flores se fue tras la espada. Se le pidió la oreja, pero el presidente Trinidad, que no distingue una vaca de un eral, se le puso duro el criterio con el chaval. Ya ves.

"Tampoco valió el quinto. Valiente y encajado Flores. Muy por encima. Viene fuerte la cantera mexicana. Se encajó y corrió la mano por abajo, más allá de donde le ofrecía el enemigo. Mató a la segunda. Quiere y puede ser torero. Apunten el nombre. Soltó un sopapo con la espada tan fuerte como su estar".

ABC: "Del ardor de Flores al rezo a San Trapío" (Rosario Pérez)

"A ganarse la vida ha venido a tierras españolas un novillero con sangre mexicana. Sergio Flores se llama y en marzo ya dio un toque de atención en esta misma plaza. Clara dejó su ambición para alcanzar la élite de la novillería, y eso que en esta ocasión se aceleró por la presión de un debut en San Isidro. Sabía Flores que era el escenario idóneo para conquistar un ramo de contratos y hambriento de ello salió. En época de demasiado torero que va de capitán y no llega ni a suboficial, su espíritu es el de un soldado raso con ardor guerrero y entrega. Si templa nervios, reúne condiciones para abandonar la tropa y subir de categoría. México viene pisando fuerte esta feria.

"Vibrante fue el saludo a la verónica, con media arrebatada y una larga de remate. Extensa ovación en varas a El Tito. ¡Qué belleza cuando la suerte se hace como mandan los cánones! Llegó luego el pique en quites: a las chicuelinas de López Simón replicó Flores por Chicuelo y Tafalla. Echó la cara arriba el novillo en banderillas, pero no le importó al enjuto azteca, que venía a por todas y brindó al público. Puso a los tendidos en ascuas con el péndulo, con los pitones rozando taleguilla y bordados. Continuó con enorme decisión y con un buen concepto de mano baja ante el ejemplar que más gustó. Por momentos se atacó, algo encimista por esa fiebre batalladora, por lo que surgieron enganchones. Los naturales finales, el de pecho y el afarolado tuvieron sabor. Por si alguien dudaba de su valentía se ciñó por bernadinas antes de enterrar un estoconazo, que ya valía la oreja, pero el presidente se la denegó. Ya veremos si el palco se pone hoy tan exquisito para desenfundar el pañuelo... También causó grata impresión el de Tlaxcala ante el quinto, que transmitía con más genio que otra cosa. Porque virtudes pocas lució la novillada-corrida".

La Razón: "México vuelve a poner sabor a Madrid" (Patricia Navarro)

Dos claves para que la goleada quedara clara. Marcó México. Querido México. El novillo armó el lío en varas, esta vez para bien. El resto lo harían por salir corriendo dueños de la mansedumbre. En el primer envite se echó a los lomos al caballo y al picador y así en vilo lo derribó, como si fuera peso pluma. La ovación que se llevó Plácido Sandoval «Tito» fue de bandera. Ganada estaba en las dos varas, de poder a poder. Realidad en el ruedo. Esperábamos bravura, casta, la emoción que se desprende de ambas en el encuentro y se fue Sergio Flores al centro del ruedo. Dos pases cambiados por la espalda, ajustados, quebrados en el último instante. ¡Salvados! Casi ahí nos despedimos de las emociones. Quedó después un trasteo pleno de decisión, armado en la entrega, Flores dijo sí, quiero, tiró para adelante hasta donde quería el novillo y un poco más, pero el Montealto fue perdiendo fuelle sin que nadie pudiera remediarlo.

"La voluntad del mexicano no tuvo fisuras, tampoco en el remate, buscando ajustarse con el toro, llegar al público, transmitir, y se tiró a matar con todo. Se le pidió la oreja, pero esta vez el presidente sacó la vara de medir con el novillero que olvidó con los matadores en otras tardes. El chaval, como si le hirviera la sangre, no quiso dar la vuelta al ruedo. El quinto fue un toro mucho más serio que muchos de los que han salido por Madrid en los últimos tiempos. Derribó al caballo, manseó después y se dejó en tres o cuatro arrancadas por abajo. Había que marcarle muy bien el camino, mucho toque, llevarle, guiarle. En nada ya no había toro, había sido una alucinación, y dejó Flores una faena de novillero cuajado que quiere, con buen concepto y corazón del bueno".

 


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