En el la habitación 328 de la Clínica de la Fraternidad de Madrid se recupera el diestro mexicano Ignacio Garibay luego del percance de ayer en la plaza de Las Ventas, luego de pasar la noche con las molestias comunes en este tipo de cornadas, peo sin infección ni fiebre.

Hoy por la mañana, el mexicano mostro mejoría y evolución en la recuperación de la herida, la cual hasta el momento los doctores descartaron otro tipo de complicaciones. La cornada dañó sobre todo el músculo cuadríceps por lo que han recomendado que permanezca en observación por lo menos cuatro días más para poder ser dado de alta.

"Estoy herido del cuerpo pero sano del corazón, porque el día de ayer salí a darlo todo, y hoy al ver las opiniones de los profesionales y la prensa, me siento bien porque se dieron cuenta, que vino un torero con vergüenza torera, a dar la cara y a resolver las complicaciones que implica el torear en Madrid ante este tipo de ejemplares. Desafortunadamente, me toco un toro muy complicado con el que traté de ponerme pero desde un principio mostró mansedumbre y complicaciones, hasta que me pegó la cornada. Al final tenía que cumplir con el compromiso y pude salir por mi propio pie, sintiendo muy bonito al ver que la afición valoró mi esfuerzo", comentó Nacho.

Con respecto a su actuación con el primer ejemplar que le correspondió, el mexicano está contento porque pudo cuajar algunos muletazos muy sabrosos, aunque el ejemplar tuvo poca duración.

"Con mi primero me sentí bien sobre todo cuando pude correrle la mano muy a la mexicana, dejando la muleta abajo y con temple. Escuchar rugir a Las Ventas a cada muletazo me dejo muy buenas sensaciones. Lástima que el toro duro poco y fallé con la espada, pero ahí dejé mi esfuerzo, mi sudor y mi sangre".

Esta es la cornada más seria que ha tenido Ignacio Garibay, sumando ya ocho a lo largo de su trayectoria, esperando ser dado de alta pronto para iniciar su rehabilitación, continuar con su campaña y regresar a México.