Eulalio López "Zotoluco" cortó dos orejas en la corrida celebrada esta noche en la "El Relicario" de Puebla, y se convirtió en el único triunfador de la primera corrida de la feria, mientras que Federico Pizarro y Alejandro Talavante fueron ovacionados.

Esto es un complot, dijo mi vecino de localidad parafraseando a conocido político, pues fue muy curioso que durante la lidia del lote de Zotoluco hubo sendos apagones interrumpiendo la labor del diestro, quien con tranquilidad afrontó la situación y se llevó las orejas del cuarto.
 
Terminaban de darle el segundo puyazo cuando quedó el coso en tinieblas, y pasaron casi 15 minutos para que se restableciera el alumbrado; Eulalio después de meter al toro en el engaño, realizó una faena que al público le gustó por la ligazón y el temple, tras la cual agarró los blandos dejando estocada en el rincón; con el consabido reparto de pañuelos a la entrada la petición fue abundante, y vino la concesión de una oreja que se veía correcta, sin embargo ante la insistencia, el juez Enrique Guevara otorgó la otra.
 
Desde nuestro punto de vista la faena al primero tuvo mayor calidad, claro que el toro llegó al tercio mortal con recorrido y repitiendo; por su parte el diestro lo fijo bien con la seda y su sobrada experiencia levantó el clamor del público al torear por ambos lados con ritmo y girando únicamente para dejar el engaño en la jeta y colocarse al siguiente muletazo.

A la mitad del trasteo vino el primer apagón, más de 10 minutos hubo de esperar para seguir en la misma tónica, ahora con el pero de sujetarse a los cuartos traseros; un pinchazo sin soltar muy delantero y caído hizo doblar al burel, mientras ondeaban algunos pañuelos y sonaban leves palmas.
 
"Pintadito", seguramente por su vistosa capa se llamó el primero de Federico Pizarro, al saltar al callejón se lastimó resintiéndose de una pata durante los dos primeros tercios; mejoró después y tomó bien un cambiado en los medios para luego meter la cabeza  permitiendo al capitalino trazar aceptables ayudados antes que buscara las tablas, ahí vimos molinetes de rodillas y al incorporarse manoletinas en busca de reconocimiento, tras un pinchazo y estocada muy baja hubo petición y saludos del torero en el tercio.
 
El quinto ofreció mayor pelea en varas; ante él, Federico anduvo embarullado con el capote y con escaso temple muleta en mano, no obstante se mostró dispuesto a agradar; poco efectivo con el acero tuvo que emplear el descabello y con habilidad se deshizo del toro para recorrer la circunferencia.
 
Se esperaba más en la presentación de Alejandro Talavante ante la afición poblana; su primero, desclasado, impidió verle a este torero su toreo variado; pudo ligar sin embargo series aceptables con la escarlata que el toro le alcanzó un par de ocasiones, después de pinchazo y estocada contraria el público lo llamó para agradecer la ovación.
 
Cerró plaza un cárdeno con guasa que impidió al hispano confiarse con el capote, la lidia se tornó desordenada particularmente en el tercio de banderillas. Posteriormente Alejandro con aguante lo llevó toreado en algunos buenos muletazos buscando justificarse, pinchando antes de colocar media estocada y retirarse en silencio.