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Arrebatador triunfo de Ventura en ZAC (video)

Domingo, 20 Mar 2011    Zacatecas, Zac.    Juan Antonio de Labra | Foto: Felipe Pescador           
Cortó tres orejas y salió a hombros
Mediante un derroche de entrega y raza, Diego Ventura consiguió un triunfo de gran relieve en la monumental de cantera rosa, que lucía casi llena y con una expectación desbordante en esta corrida extraordinaria en la que el caballista luso-hispano hizo lo más difícil: concitar a mucho público en un entradón sin precedentes tratándose de una corrida extraordinaria.

Porque esta plaza, tan complicada de llenar, inclusive alrededor de las dos fechas clave de su feria de septiembre –que son el día 8 y el 16–, rebosaba de ambiente de Fiesta, misma que vinieron a aguar, en cierta medida, los toros de Montecristo que no dieron el juego esperado.

Se trataba de un encierro bonito y parejo, con varios toros de buena nota, según sus nombre emblemáticos, como "Vencedor" o "Venadito", pero que no duraron lo suficiente para que las faenas, tanto del rejoneador, como de los dos toreros a pie, terminaran por dejar satisfecho al público. Y resulta innegable que los tres estuvieron por encima del ganado y trataron por todos los medios de agradar con escasos resultados.

Ventura no redondeó del todo sus dos primeras actuaciones, y destacó más en la lidia del cuarto, que tuvo un punto más de transmisión, y al que cortó una oreja de mérito tras una entonada faena que sí pudo rematar con el rejón de muerte.

Consciente de que ese solitario apéndice no iba a dejar satisfecha a la gente, pero sin ilusión de regalar un sobrero de la misma ganadería que no estaba embistiendo, acabó tragando la proposición –más que acertada– de la empresa, y se animó a obsequiar un sobrero de Montecristo que sacó mucha complicaciones.

Al caballista no le quedó más que apechugar, como se dice coloquialmente, y realizó un despliegue de doma, entrega, arrebato e histrionismo, que enloqueció al público, porque se dejó la piel en el ruedo y acabó imponiendo su ley en una demostración de raza y de porqué está en el sitio de privilegio que tiene.

Y arriesgó a los caballos a cada palmo sin importarle nada, sino de dar, a tanta gente, lo mejor de sí mismo en una faena pletórica de emoción en la que estuvo hecho un jabato montando a "Nazarí", "Morante" o a "Califa", con los que ejecutó embroques de una gran verdad, en medio del entusiasmo colectivo de un público que se rindió a sus pies. Fueron precisamente los mordiscos de "Morante" el acabóse.

Lo inexplicable fue que el juez de plaza Carlos Ibargüengoitia, que había estado muy centrado al conceder trofeos, no hubiese entregado el rabo del toro a Diego, no obstante la petición mayoritaria que se prolongó durante un par de minutos, y sobre todo después del alarde de raza que permeó durante toda la lidia de este toro, al que Diego profirió, de manera un tanto grosera, mentadas de madre otros insultos audibles en buen parte de las barreras.

Al final, la concesión de aquellas dos orejas fueron una especia de bálsamo a una tanto arrojo por parte de Ventura, que abandonó la plaza a hombros y dejó reconfortado al público que salió feliz tras ver la afición tan grande de este indómito jinete.

Antonio Romero también le puso chispa a la tarde durante ambas faenas. Y lo más significativo fue que volvió de la enfermería, donde estuvo noqueado, literalmente, luego de haber sufrido un fuerte golpe en la mandíbula al haber caído la arena cuando intentaba llevar al caballo al primer toro de su lote.

En esta que fue su séptima corrida como matador de toros de su carrera, el torero de la tierra, mostró afán y determinación, además de una buena técnica estoqueadora –que no con el descabello– y fue así como consiguió tocar pelo.

Mató dos toros más, el sexto, y un octavo de regalo, de Boquilla del Carmen, con los que estuvo igualmente entregado pero sin conseguir redondear porque ambos toros vinieron a menos.

Rafael Ortega
pechó con dos toros sin fondo con los que se vio obligado a abreviar. Y la mala racha que viene arrastrando de la feria pasada, en la que no tuvo suerte en sendas actuaciones, se prolongó hasta el día de hoy para este pundonoroso torero que ahora sólo pudo lucir en aislados pasajes, como fueron ambos tercios de banderillas que cubrió con mucho entusiasmo.

Al finalizar el festejo, la gente salió muy contenta de la plaza y deseosa, mi figuro, de que este tipo de corridas extraordinarias vuelvan a tener cabida en distintas épocas del año, a fin de que el ayuno taurino entre feria y feria sea menos largo, y al amparo de figuras del toreo extranjeras –como Diego Ventura– que no pueden venir a torear a Zacatecas en su feria de septiembre por encontrarse en uno de los meses de mayor actividad de la temporada europea.

Ficha
Zacatecas, Zac.- Plaza Monumental. Corrida extraordinaria. Casi lleno en tarde espléndida. Seis toros de Montecristo, el 7o., como regalo, parejos de hechuras y de buena presencia, pero poco juego en su conjunto, salvo el 6o, que tuvo más duración. Un toro de regalo de Boquilla del Carmen (8o.), de bonitas hechuras, manejable. Pesos: 480, 459, 504, 469, 499, 481, 515 y 455 kilos. Diego Ventura: Palmas, oreja y dos orejas con fuerte petición de rabo. Rafael Ortega (azul turquesa y oro): División en su lote. Antonio Romero (verde manzana y oro): Oreja, palmas tras dos avisos y palmas en el toro de regalo.


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