Una noche llena de emociones y triunfos, así como matices muy interesantes, fue la que se vivió en"El Paseo-Fermín Rivera", de San Luis Potosí, en la otra corrida celebrada de forma simultánea en esta ciudad y en la que Joselito Adame, Miguel Ángel Perera y Diego Ventura, compartieron la salida a hombros.

Un estupendo ejemplar de Santa Bárbara fue el que le correspondió a Joselito Adame en segundo lugar, pues además de recorrido, tenía nobleza, fijeza y duración. El hidrocálido armó la escandalera con el capote al ejecutar un quite por zapopinas y la algarabía en el tendido continuó cuando cubrió con lucimiento el segundo tercio de la lidia.

Estoico inició su faena en el centro del ruedo con un péndulo, para después ligar una dosantina y rematarla con un cambio de mano por delante que puso al público en punto de ebullición, estado de emoción que se mantuvo cuando se dio a correr la mano por el pitón derecho en series de gran acabado, marcando claramente los tres tiempos del muletazo.

Dejó también buenos destellos con la sarga en la izquierda y repitió varias veces la dosantina, suerte que le fue muy coreada y que realizó de forma estupenda, aprovechando a cabalidad las cualidades de este toro que siempre fue a más, dejando constancia de la sangre brava que alimentaba cada una de sus acometidas.

Una estocada atravesada y un golpe de desacabello pusieron el punto final a su labor. La autoridad concedió las dos orejas y, cuando el público pedía por lo menos un arrastre lento para el astado, el juez, creyéndo que se solicitaba el rabo, terminó por concederlo. Triunfal vuelta ruedo del hidrocálido con el ganadero Javier Borrego, mientras que a este toro le fue escatimado un premio que hubiera sido más que merecido.

Una oreja le cortó al primero de su lote, producto de una labor completa en los tres tercios, animada y con gran sentido del esfuerzo y la determinación, rematada con una soberbia estocada que terminó con la vida del descastado ejemplar.

Luego de intentarlo todo delante de su primero, que fue un verdadero marmolillo, Miguel Ángel Perera se encontró con un ejemplar que tenía voluntad para embestir, aunque poca fuerza. El extremeño le fue muy paciente y, de a poco, fue contruyendo una labor de menos a más que gustó mucho entre la afición potosina.

Sin ahogar a su enemigo, pero siempre colocado en los terrenos que requería, terminó haciendo gala de la maestría que atesora y lo cuajó en trazos muy lentos, interminables, incluyendo dosantinas, cambiados de mano y diversas suertes de su repertorio, rematadas de estocada entera para que las dos orejas fueran otorgadas.

Diego Ventura llegó a San Luis con mucha expectación, sobre todo porque, a la misma hora, Pablo Hermoso toreaba en El Domo y estaba triunfando con rotundidad. El portugués paseó la oreja del primero, al que templó magníficamente de costado en lomos de "Nazarí", ganándose el reconocimiento de un público que siempre estuvo con él y lo alentó con los gritos de "¡Diego, Diego!".

Luego de que no pudiera redondear su labor con el sexto de la tarde, la afición le pidió a coro que regalara un toro, lo cual concedió. Delante de este ejemplar, al que recibió a portagayola toreando con el marsellés, lució montando a "Ginés", que cautivó con sus movimientos para citar al toro. Acertado estuvo con los rejones y las banderillas, sobresaliendo las cortas, y rematando de forma soberbia con el rejón de muerte para que terminara paseando las dos orejas.

Rodrigo Santos estuvo esforzado toda la tarde pero se fue de vacío. Su primer toro tuvo calidad pero se apagó pronto, destacando los adornos en sus cabalgaduras y la exposición en las suertes ejecutadas, como la santina.

Delante de su segundo, tenía poca transmisión, arriesgó en todo momento, llevándose un fuerte golpe al ser prensado contra las tablas. Dolorido y con su caballo lastimado, decidió echar pie a tierra para matar de una estocada desprendida.

Una emocionante pega lograron los Forcados Potosinos delante del sexto de la tarde, luego de que delante de primero no se pudo concretar pues el toro ya no embistió con fuelle y fijeza.