Un triunfo rotundo, sin discusión alguna, fue el que consiguió Julián López "El Juli" esta tarde en la Plaza México, coso que hizo vibrar al fundirse con un magnífico toro de Xajay y crear una obra de arte que ya ha pasado a la historia y quedará impregnada en la memoria de los que la disfrutamos.

"Guapetón" se llamó este toro que apareció en el ruedo como regalo, dado que el madrileño había malogrado con la espada un faenón delante del quinto y, aunque sin mucha fuerza, realmente fue un cúmulo de nobleza, fijeza, recorrido y clase en la embestida, cualidades que Julián explotó al máximo en una faena de antología, antecedida por una brega sensacional y un quitazo por chicuelinas antiguas.

El trasteo fue técnicamente perfecto, sin un muletazo de más y sellado por la maestría de El Juli, que se recreó en trazos larguísimos con la sarga en la derecha y dando rienda suelta a la variada inspiración de su repertorio, pues cuajó dosantinas, cambiados de mano, trincherazos, molinetes y demás suertes que siguieron alimentando la intensa emoción en el tendido.

Por el lado izquierdo le costaba un poquito al ejemplar de Xajay, pero las embestidas que regaló por este pitón fueron parte de ese inmenso caudal artístico recreado por su matador, que jamás buscó el indulto pese a que hubo petición por parte de algun sector del público.

Como un rayo se fue tras la espada, entregándose en el encuentro y dejando una estocada en todo lo alto, suficiente para terminar con la vida de este estupendo colaborador que fue premiado con la vuelta al ruedo, mientras que El Juli mostraba orgulloso las dos orejas y el rabo, premio ganado verdaderamente a ley, siendo la segunda ocasión en la que se lleva los máximos trofeos en este coso.

Inmensa fue también su labor ante el quinto, como ya lo mencionabamos, pues cuajó una gran faena en interminables trazos por ambos pitones y consiguiendo detalles de su sólida tauromaquia, dejando escapar las dos orejas por fallar con la toledana.

Una oreja le cortó a su primero, un castaño que tenía medias embestidas y pronto desarolló sentido, pegándole una cornada a Francisco Acosta "Paquiro" en el tercio de banderillas. Firme, El Juli le pudo y terminó por someterlo, algo que el público reconoció. La soberbia ejecución de la estocada le hizo acreedor al trofeo, mismo que fue protestado por algunos aficionados.

Eulalio López "Zotoluco", que celebraba su corrida mil, mostró su maestría durante toda la tarde y no escatimó esfuerzo alguno delante de sus dos enemigos. Sin embargo, el público se mostró algo frío con él, exigiéndole un poco de más y tardando el reconocer el ánimo desplegado por el diestro.

Siempre bien colocado y reponiendo el terreno justo, dejándole en ocasiones la muleta en el hocico para que el ejemplar repitiera, Lalo tuvo una meritoria labor delante de su primero, aunque la faena no tomó el vuelo esperado por las complicaciones del astado. Terminó de estocada ligeramente caida y, en algo incomprensible, el público pidió la oreja mayoritariamente y, al ser otorgada, la protestó.

Bien volvió a estar delante de su segundo, un ejemplar con calidad y al que le recetó muy buenos muletazos, como los redondos que calaron fuerte en el tendido. Tras la estocada con la que rubricó su labor, fue premiado con una oreja muy merecida y acompañó a Julián en la salida a hombros.

No tuvo suerte esta tarde Octavio García "El Payo" y se fue de vacío, aunque dejó patente su esfuerzo delante de sus dos enemigos, con los que nunca terminó por acoplarse. Destacó un par de bellas series por naturales delante del sexto de la tarde, que le propinó una fuerte voltereta de la que se levantó para seguir buscando el triunfo, mismo que finalmente ya no se pudo concretar.

Con sus palmas, el público reconoció su esfuerzo cuando abandonó el coso capitalino, al que volverá el próximo lunes 7 de febrero, en el segundo cartel de aniversario, esperando encontrarse nuevamente y revertir la complicada tarde que tuvo el día de hoy.