Ante tres cuartos de entrada en la plaza "La Paloma", en tarde fresca sin llegar a fría, se lidiaron ejemplares de Santa Barbara, que en general dieron buen juego, con los cuales el espigado y largo novillero Ricardo Frausto se alzó como el triunfador al cortar la única oreja del festejo.

Abrió plaza Alejandro Corona, novillero que esta a punto de tomar la alternativa; se le vio muy puesto para este compromiso, tiene ya buen camino recorrido y se le nota, pues en todo momento estuvo por encima de su enemigo.
 
Su faena fue derechista con muchos y buenos muletazos; no se salvó de recibir una voltereta, de la cual se levantó sin verse la ropa parta seguir toreando bien. Sin embargo, estuvo fatal con la espada hasta escuchar un aviso y terminar con la vida de su novillo con el descabello, para retirarse entre aplausos.
 
En segundo lugar se presento de Aguascalientes, Arturo Prado, parte de la dinastía de subalternos Prado. El menudo novillero estuvo muy entusiasta con el capote y fue sorpresivo un quite al alimón por chicuelinas con su primo, el subalterno Alejandro Prado, para ser ovacionados,

Con la muleta estuvo a la altura de este buen novillo, toreando con clase y ritmo, siempre  tomando la distancia correcta. Se dio gusto toreando por ambos lados ante el contento general pero, cuando parecía que un triunfo llegaría, la espada arruinó el festejo, escuchando un aviso y quedando todo en aplausos.
 
Ricardo Fraustro vio mucho mejor con el capote en una serie de verónicas bien rematadas, así como un quite por gaoneras de buena factura. Ya con la muleta toreó con temple y soltura por ambos lados, rematando las tandas con largos pases de pecho, para que el poco publico desde los tendidos le brindaran ovaciones.

Mató de entera, después de un pinchazo, para que el publico pidiera la oreja que bien merecida le fue entregada, dando vuelta al ruedo regresando prendas. Creemos que en Ricardo puede haber un novillero importante, además de que da gusto ver a su comitiva  perfectamente uniformada y siempre alpendiente de él.
 
Cerro el festejo Edgar Badillo, el mas novel de la cuarteta, siempre demostrando que tiene ganas de torear; se le ve contento frente a la cara de su novillo, banderilleó poniendo al publico de su lado con el par de calafia y ya con la sarga dio buenos muletazos con sabor por ambos lados. Por desgracia también pincho y escuchó un aviso.