El novillero potosino demostró que es uno de los toreros más artistas del escalafón menor, y después de realizar una faena emotiva, dotada de excelentes detalles, cortó su primera oreja en este escenario tras una actuación muy interesante que le llegó mucho a la gente.

El alumno de Curro Calesero, que ahora ensaya en México con Alfredo Gómez "El Brillante", salió a la Plaza Arroyo con una actitud renovada y aprovechó las bondades del segundo ejemplar del encierro de Marco Garfias, al que toreó con gran estética desde que se abrió de capote.

A las cadenciosas verónicas del recibo siguió una media de antología, así como un aceptable quite por chicuelinas que remató con una artística larga que cautivó al público.

Y en la faena de muleta ejecutó pases largos, con un inusual trazo -tratándose de un novillero- en medio de la expectación de la gente, que le coreó con fuerza cada uno de sus detalles. Los pases de pecho y otros adornos, fueron el mejor aderezo a una faena acoplada a un novillo que salía suelto de la tela pero que cuando metía la cara en la muleta humillaba y transmitía.

El pinchazo en lo alto que antecedió a la estocada no fue impedimento para que le pidieran una oreja que fue concedida, y Carlos se quitó aquel amargo sabor de boca que le dejó la tarde inaugural, cuando falló repetidamente con la espada hasta dejarse vivo a uno de sus novillos.

César Ibelles estuvo por encima de las condiciones del ejemplar que abrió plaza, un novillo sosito y flojo que embestía con la cara alta. El capitalino lo entendió y le hizo una faena de menos a más, con muletazos templados en los que dejó el engaño retasado para sacar mayor partido al de Marco Garfias.

Se le agradece la realización del llamado "Quite de Oro", invención de Pepe Ortiz, del que resultó, en el remate, feamente volteado, afortunadamente sin consecuencias.

El hidalguense Xavier Gallardo también fue empitonado de forma espeluznante al quedar atravesado en el primer capotazo de su actuación. El tercer novillo del festejo le dio una tremenda voltereta de la que cayó golpeándose en las tablas de fea manera.

Un tanto aturdido volvió a la lidia mediado el tercio de varas, ante un novillo soso al que hizo una faena compuesta, templada y seria, aunque carente de emoción y fibra. Una vez más,  enseñó importantes cualidades técnicas, por su reposo y suavidad de toques, pero se echó en falta dar importancia a lo que hizo.

Cerró plaza José Mari Macías con un novillo muy bonito que se vino a menos demasiado pronto. El tlaxcalteca comenzó bien y se fue desmotivando a la par que el de Marco Garfias perdió el fuelle. De su actuación se puede destacar algunos pases sueltos y su facilidad para colocarse.

Para el próximo sábado, la empresa que dirige Pepe Arroyo anunció la presencia en el cartel de un encierro de Huichapan, en lo que será la octava novillada de la Vigésima Temporada.