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Crónica Reciente

Paco Perlaza reacciona a tiempo y triunfa en Cali
Sábado, 27 Dic 2008 | Cali, Colombia
Fuente: Juan Antonio de Labra / Enviado
      

La bravura del cuarto, de nombre “Coquito”, fue el detonante de una faena intensa a cargo de Paco Perlaza, que supo encauzar aquellas embestidas pujantes, y toreó con largueza al toro de Salento, para convertirse en el primer torero de puerta grande de la feria de Cali, pues en esta plaza es preceptivo el corte de dos orejas a un miso toro para salir a hombros.

A diferencia de las tardes anteriores, el ganado hoy sí contribuyó a la brillantez del espectáculo y vimos una corrida con diversos matices, de la que destacaron dos toros: cuarto y sexto. El primero, por su bravura; el otro, por su clase.

En este sentido, el panorama ganadero dio un vuelco de 180 grados por el bien de la feria, que estaba urgida de casta. Varios toros eran bonitos de hechuras y dejaron entrever, en su conducta, y algo también en su tipo, reminiscencias de sangre santacolomeña.

Y casta también fue la que sacó Perlaza, con una reacción oportuna, para afrontar su segunda comparecencia en el ciclo de “Cañaveralejo”, tras haber pasado de puntillas la tarde de ayer, en la que, inclusive, se encaró con un espectador de barrera.

En el cuarto tiró la moneda al aire y dejó un tanto de lado ese academismo -acompañado de un buen oficio- que le caracteriza, para arrasar de principio a fin en una actuación de la que destacó una serie con la mano zurda que fue un portento de largueza.

La faena comenzó de rodillas, y en los medios. “Coquito” se arrancó con tranco y obediencia a  la muleta de Paco, que se fue creciendo a la par que el toro desarrollaba todo su potencial de transmisión.

En un exceso de confianza, y después de rematar un pase de pecho muy ceñido, el caleño dio con la frente en el lomo del toro mientras pasaba, en un alarde de arrebato, y el santacoloma no se lo perdonó porque, al sentirlo, se revolvió en un palmo y le echo mano, teniéndole a merced para herirlo cuando yacía en la arena. Pero el percance no se produjo y sí el entusiasmo de la gente que se entregó aún más al torero.

Paco se sobrepuso a la paliza y continuó en la línea de fuego hasta cuajar una gran serie de naturales, sin duda alguna el momento estelar de la faena. Instantes más tarde, el toro le pidió la muerte porque comenzó a cortar el viaje. Y el torero de la tierra colocó una certera estocada para tumbarle dos valiosas orejas.

Sánchez Vara vino a Cali a dar espectáculo y se prodigó en dos lidias tan variadas como emotivas de cara al público, que disfrutó su toreo de capote y su facilidad banderillera. En ambas faenas, de corte similar, el torero de Guadalajara toreó con atractiva improvisación y salero, y como estuvo fino a la hora de matar cortó sendas orejas.

Destacó la faena el segundo, un ejemplar nada fácil que puso su cuota de picante. El quinto fue deslucido, aunque esta condición no importó demasiado al torero porque él trató de sacarle provecho con una actitud muy profesional, algo que la gente siempre agradece.

Ricardo Rivera dio la mejor serie de redondos de la tarde. Fue al sexto, que no duró casi nada, pero que atesoró mucha calidad por el pitón derecho. Y por ese lado, el otro caleño del cartel, se afianzó sobre la arena para ejecutar muletazos despaciosos, con un temple de lujo, a la mexicana, rematando los pases detrás de la cadera y con una hondura de las que hacen ver a un torero cuando tiene ese “plus” con el que se puede trabajar para conseguir cosas importantes.

Fue una pena que el toro no mantuviera el ritmo, y que por el pitón izquierdo desarrollara sentido. Precisamente por este lado volteó de fea manera a Ricardo, cuando se lo echó prácticamente encima al inicio de una serie, al intentar un molinete.

Si el trasteo con el tercero de la tarde, que acudía rebrincado y dificultaba mucho templarle, fue apenas un bosquejo de sobriedad y concentración en lo suyo, en el sexto afloró la esencia de su sentimiento. Y desde esa introspección y seriedad de su personalidad, el torero colombiano -hecho en México- anunció que no deben olvidarle porque atesora una auténtica convicción para ponerse delante del toro.

Ficha
Tercer festejo de feria. Más de tres cuartos de entrada en tarde de calor bochornoso. 6 toros de Salento, disparejos de hechuras y juego. Sobresalió el 4º por su bravura, y fue premiado con la vuelta al ruedo. El 6º tuvo clase. Pesos: 510, 460, 506, 486, 480 y 472 kilos. Paco Perlaza (espuma de mar y oro con remates negros): Silencio y dos orejas. Sánchez Vara (espuma de mar y oro): Oreja y oreja. Ricardo Rivera (carmesí y oro): Palmas en su lote. El toro de la vuelta al ruedo se llamó “Coquito”, número 58. Destacaron en el segundo tercio Chiricuto, Raúl Morales y Carlos Santana, que saludaron por sus excelentes pares de banderillas.
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