Vaya trapío y buen juego tuvieron los toros de Jaral de Peñas lidiados esta tarde en el primer festejo de la feria de San Pedro Xalostoc, donde El Capea se enredó con el castaño que enfrentó en primer lugar y le tumbó las orejas dejando momentos de buen calado artístico.

El ejemplar fue suave y de dulces embestidas, rebozándose en cada una de éstas y tragando muchísimos pases. Pedro lo recibió con una larga cambiada de rodillas, para luego mostrarse alegre y variado al torear con el percal

Con elegancia y torería inició su faena de muleta saliendo del tercio hacia los medios, rematando esa primera tanda con un cambio de mano por delante que resulto deletreado. Dos templadas tandas con la derecha, acompañando bien las embestidas y ligando los trazos, fueron la parte medular de esta faena impreganda con el sello clásico del salmantino, al que quizá le faltó abandonarse un puntito más al sentimiento.

Bellos naturales logrò al tomar la sarga con la izquierda, aunque al toro le costaba más por este pitón. El Capea volvió a endilgarle trazos con la derecha y hasta un par de dosantinas, la segunda con un bello cambio de mano por delante, que fueron el colofón de su labor.

Entregado en la suerte suprema, colocó una estocada hasta las cintas, ligeramente caída, que hizo rodar al bravo y noble astado de Jaral de Peñas que mereció el honor del arrastre lento, mientras sus dos orejas fueron paseadas en son de triunfo por El Capea.

Buenos momentos dejó también con el quinto de la tarde, que tenía calidad pero era un poco tardo en sus embestidas. Cruzándose lo necesario, extrajo algunos buenos momentos que, de no haber fallado con la espada, bien pudieron hacerle acreedor a una oreja.

Uriel Moreno "El Zapata" se vio solvente con el que abrió plaza, un toro de gran volumen aunque mogón de pitones, que resultó encastado y condicioso, al que había que poderle, y vaya que el tlaxcalteca le pudo, realizando una faena bien estructurada en la que sobresalieron los instantes con la mano derecha.

Muy firme anduvo este torero que sigue demostrando sus avances y el sitio que atesora, combinándolo con el arte que brota de su inspiración Soberbia estocada rubricó la labor y una oreja de gran valía fue a parar a su espuerta.

Hasta en dos ocasiones colocó el Par Monumental con su segundo, un toro que acudía con prestancia a los engaños, aunque terminaba con la cara a media altura. Zapata fue inteligente y le dio la lidia adecuada, aunque su faena no logró tomar impulso y todo quédó en una salida al tercio.

Vaya paradoja se vivió en la lidia del tercero de la tarde, pues un grave error del torero le trajo dividendos positivos. Y es que Aldo Orozco le perdió la cara al toro de forma inocente y el de Jaral de Peñas, bravo y codicioso, le pegó una voletera espeluznate. En ese momento, el público se puso a favor de él y le coreó absolutamente todo, levantando así una faena alegre y bullidora que terminó, luego de pinchazo y estocada, siendo premiada con un trofeo.

El carisma de Aldo volvió a manifestarse con el sexto de la tarde y, con el público a su favor, fue variado en su toreo y alegre en los procedimientos. Lástima que pinchó, pues dejó escapar la posibilidad de llevarse la segunda oreja de la tarde en su cuenta personal.

Cabe destacar que, a pesar de ser una plaza portátil, el ganadero Juan Pedro Barroso haya enviado un encierro tan serio y con un trapío como para lidiarse en cualquier palza de nuestro país.